sábado, 19 de diciembre de 2009

2009: Epílogo

Si la nieve lo permite, salgo en 7 horas hacia Valencia para pasar las vacaciones de Navidad.
Ha pasado un año. Sin embargo, como los recuerdos dolorosos tienden a borrarse y la percepción del tiempo es tan bizarra, ahora mismo se me hace raro lo que unos meses atrás me parecía tan lejano.
En este año debía aprender muchas cosas, pero siguiendo mi tradición de pensamiento positivo, repasaré lo que no he aprendido:
-No he aprendido inglés, porque me paso la vida con españoles, polacos, japoneses, checos, italianos, argentinos, etc.
-No he aprendido lo suficiente sobre depresión y ansiedad, aunque por primera vez en mi vida he padecido sus síntomas.
-No he aprendido a ir bien en bicicleta, aunque sólo he tenido un accidente y una caída.
-No he aprendido apenas nada sobre cocina inglesa. Aunque teniendo en cuenta la variedad, quizá lo he aprendido todo.
-No he aprendido a vivir sola.
-No he comprendido mi objetivo en la vida.
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No he aprendido muchas cosas, pero quizá ha sido porque yo no he querido. Y porque no he dejado a tantas personas que me han acompañado en estos meses que me enseñaran a vivir aquí.
Como epílogo de este año, mis más sinceras gracias a todos los que me habéis acompañado en ese peregrinaje de momento infructuoso, del que estoy segura recogeré sus frutos cuando ya no haya manera de volver atrás. Y mis disculpas por no saber corresponder a vuestros esfuerzos con más sonrisas y menos muecas.

Carmen from yellow walls vuelve a casa por Navidad; nos veremos de nuevo en 2010.

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¿Todo es ambiguo? Quizá

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El bogavante

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Barbacoas a lo que dé...

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Y sin embargo, se mueve

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Consiguiendo avanzar

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Cervecitas y papas, pasitos pequeños...

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Amor y Psiqué

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Un poco de luz

jueves, 17 de diciembre de 2009

Pain is so close to pleasure

Ya lo decía Freddie Mercury, y como casi siempre en las más estúpidas de sus canciones, tenía razón. O eso dicen las eminencias de Oxbridge.
Hoy hemos tenido la oportunidad de escapar de yellow walls a Londres para asistir a unas conferencias navideñas de la British Neuroscience Association. Según Rafalek, ha sido una aventura comparable a cuando aquel perro le ladró en Gottingen (aparentemente, la vida en la fría europa, o en esta fría isla, te suele recompensar con estas maravillosos acontecimientos fuera de lo común; pero yo no lo podía saber: qué le voy a hacer si yo nací en el Mediterráneo).
Para ser justos, han sido unas charlas entretenidas- todas menos una, la de la señora con más professorships de entre todos los ponentes-, con un tema siempre apetecible: la neurociencia del placer, el refuerzo y la felicidad. Pocas conclusiones nuevas, sin embargo: que a pesar de que nos pasamos la vida intentando cambiar nuestra vida- o, según nuestras intenciones, mejorarla- esto no incrementa significativamente nuestra felicidad, que tiende siempre a un nivel basal; que la predisposición genética a ser un triste sólo actúa cuando existen factores externos; que el patrón de disparo de las neuronas dopaminérgicas señaliza la aparición inminente de una recompensa; que las personas que miran las vacas en los prados disfrutando de la belleza de la vida, donan a asociaciones benéficas y practican con los maravillosos sistemas desarrollados en Cambridge tienen menos probabilidades de desarrollar Alzheimer; que la unidad de placer, un hedón, es lo que siente una rata Lister-Hooded de 300 g, deprivada, cuando consume un pellet de 3 g (los números los invento, no los recuerdo ni creo que sean muy interesantes) y que por supuesto, esta unidad también se estableció en Cambridge; que para la época, Spilberg lo hizo muy bien al seleccionar la banda sonora de Tiburón, pero que hoy en día nos da bastante risa (suena un poco off topic pero ha sido una charla entretenida sobre la neurobiología de las emociones elicitadas por la música, con la simpática idea de traer a un clarinetista y un saxofonista en directo); etcétera.
Y sin embargo, la discusión final ha girado en torno al dolor. Sólo una conferenciante, de Oxford para más señas, ha hablado sobre dolor, sobre cuán subjetiva es nuestra percepción del dolor, sobre un experimento diseñado para evaluar cuando el dolor puede ser placentero. Aparentemente consiguieron esto último: cuando previnieron a los voluntarios que iban a hacerles padecer un dolor intenso, pero luego sólo les produjeron un dolor moderado, los sujetos experimentaron una sensación placentera, y los circuitos neurales del refuerzo se activaron. (Algo parecido ocurre con los pesimistas, cómo ha dicho otro conferenciante: los premios son más reforzantes para ellos, porque siempre esperan lo peor. De una manera o de otra, siempre acaban dándome la razón acerca de los peligros del pensamiento positivo).
¿No es sorprendente que el debate se haya dirigido exclusivamente hacia este tema? Incluso el chairman ha hecho un tímido intento de desviar la atención hacia la felicidad recordando tímidamente que era el asunto central de las conferencias, y que además siendo estas fechas se supone que estamos contentos, pero la concurrencia erre que erre volviendo al dolor. ¿Eran todos masoquistas, o tenían una fijación morbosa con el sadomaso? ¿Quizá esa fijación con los eventos negativos deriva del aburrimiento, porque cuando lo más interesante que ocurre en tu vida es que un perro ladre, necesitas sentir al menos dolor? ¿Buscamos el dolor de manera patológica como único medio de experimentar placer en un mundo saturado de placeres que ya no podemos saborear?

Hoy ha nevado sobre Londres, y la gente seguía con sus compras navideñas.

martes, 8 de diciembre de 2009

Lo extraordinario

Soy atea, pero me pareció natural, de paso al autobús apresurado, encender una vela en la iglesia católica de Cambridge. A mí no me consuela, pero sé que a mi suegra sí. A veces necesitamos estos símbolos cuando la muerte se cruza en nuestro camino y nos quedamos solos ante la confusión y los porqués.
Para sacudirme de encima el mal sabor de boca de un viaje angustiado, un velatorio incómodo con algunos infiltrados roncadores apoderándose de los sofás (para más información recomiendo la lectura del cuento "Conducta en los velorios" de Cortázar), la visión insistente de un cadáver que ya no era más la abuela María, los rituales obligados del incienso, el agua bendita y los Cristo la tiene en su regazo, regocijémonos porque nos espera en la vida eterna y demás torturas, empleo el largo viaje de vuelta a Cambridge en recordar cómo era la abuela antes de que la vejez la consumiera poco a poco hasta apagarla del todo.
Recuerdo que me enseñó la técnica precisa para cortar adecuadamente las patatas para la tortilla, de ella aprendí como se hace el sandwich perfecto, me tejió unos peúcos para mantener los pies calientes en invierno, me daba estrenas por Navidad igual que a sus nietos.
Lo extraordinario de la abuela era que no tenía nada de extraordinario: su carota redonda y sonrosada coronada por los típicos rizos blancos; su luto y su bata; su sentarse en el sofá a ver el cine de barrio; su hacer la comida, la cena, cortar y repartir el pan, incluso su nombre.
Lo extraordinario de la abuela María era su sencillez, su saber congregar a la familia a su alrededor para darle lo que sólo una abuela perfecta puede proporcionar: el cariño de abuela, la paz de descansar en el hogar.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Cards

martes, 17 de noviembre de 2009

This is a fire alarm, please evacuate the building!

Date:Tue, 17 Nov 2009 14:20:32 +0000
Subject:Fire Drill/testing
Dear All

We will be doing a fire evacuation drill at 3.00pm this Friday so could
I ask everybody to follow the correct procedure. Following on from this
we will have a weekly alarm test (approx 30 seconds) either before
8.30am or after 3pm every Friday. I am afraid these are legal requirements.

Many Thanks

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Poppy day

Desde hace varias semanas, casi toda la gente que me cruzo por la calle lleva una amapola de papel prendida de la solapa. Hombres, mujeres, adolescentes, ancianos, niños, hombres de negocios con sus trajes, mujeres con sus típicos vestidos que dañan la vista, barrenderos, guardias de tráfico. Incluso mi jefa tiene una, pero, al igual que sus gafas, su móvil, y su cup of tea, la pobre flor está abandonada sobre cualquier lugar.
Mi compañera inglesa (la señorita de jengibre del bikini) me informa de que las amapolas recuerdan a todos los soldados británicos caídos en el campo de batalla. El día del recuerdo, o de la amapola, se lleva celebrando un porrón de años en recuerdo del armisticio de la primera guerra mundial, que se declaró la undécima hora del undécimo día del undécimo mes de 1918.

La proliferación de amapolas de papel por la calle, y lo heterogéneo de sus portadores, me hacen pensar en la visión que tiene este pueblo invasor de su ejército. Como no tengo tele, asustada me quedo cuando en el cine veo el anuncio promocional de la British Army. Qué gente tan violenta. Nada que ver con los anuncios del Ministerio de Defensa español, mostrando esos soldaditos solidarios acariciando las mejillas de los huerfanitos irakíes. No. Aquí un señor embadurnado en barro se arrastra por en medio de la selva para hacer frente él solito a un montón de chinos tan embadurnados como él, pero con armas algo más rudimentarias, mientras una voz en off recita: poder, resistencia, nervios de acero, etcétera, etcétera...el final de la historia, como ya os podéis imaginar, es la aparición de toda la tropa de británicos embadurnados que salvan al héroe. Otros reclamos consisten en recordar a los ingleses que si se creen duros por pasearse en camiseta a 23ºF (-5ºC), deberían probar unirse al ejército. Angelitos.

Pero no hay de qué preocuparse. Como soy investigadora, me he dedicado a investigar en la página de reclutamiento para ver cuan diferentes y preparados están los soldados británicos, y me he dedicado a hacer los tests psicológicos y psicotécnicos que debes poder pasar para unirte a ellos. Nada nuevo, y nada diferente de lo que les deben pedir a los aspirantes españoles: básicamente saber leer y contar hasta 20. Supongo que el resto ya te lo enseñan ellos.

martes, 3 de noviembre de 2009

Lascia ch'io pianga

But Mouse, you are not alone,
In proving foresight may be vain:
The best laid schemes of mice and men
Go often askew,
And leaves us nothing but grief and pain,
For promised joy!

Robert Burns, To a Mouse

miércoles, 28 de octubre de 2009

Gingermen

Durante un par de meses, mis obligaciones para con el animal welfare se han visto reducidas sensiblemente, de manera que ya no necesito pasar la mayor parte del tiempo en yellow walls. La planificación dice que a partir de enero volveré a mi retiro espiritual amarillo, pero hasta entonces, paso una buena parte de mi jornada laboral en la scary silent office. Aprovecho para presentar aquí a sus habitantes, graciosamente modelados en pan de jengibre, y todos con sus banderas para mejor identificación (Sí, porque como habréis adivinado, la señorita del biquini también es británica, y desde luego no imagino una representación mejor para esta nación de gentes que se pasean en tirantes a estas alturas del año, incluso cuando el BST acabó el pasado domingo).
La aparición de la señorita del biquini con estos dobles comestibles para nuestra reunión social del miércoles me hizo pensar en algunas características propias de los ingleses que ya conocía pero que ahora estoy pudiendo analizar en detalle gracias a un libro* que compré nada más llegar y que debía haber leído en su momento para poder comprender (y por lo tanto intentar simpatizar un pelín con) el mundo que me rodea: el igualitarismo políticamente correcto.
Ahí estamos todos, ocho personas de siete nacionalidades distintas, de tres continentes distintos, convertidos en galleta, con el mismo tamaño, el mismo peinado, el mismo botón en el cuello. A veces pienso que el afán de los ingleses por forzar este igualitarismo no es más que una maniobra de personas que piensan que las diferencias son malas para esconder este pensamiento incorrecto. Un ejercicio de hipocresía que permite mantener las formas. Pero quizá debería por una vez llevar a cabo un acto de buena fé. Quizá los ingleses creen en la igualdad absoluta de manera genuina. Al fin y al cabo, en pocos sitios puedes encontrarte a ocho personas de siete nacionalidades distintas compartiendo 5 metros cuadrados.
Sin embargo, aunque todos seamos iguales, algunos lo son más que otros: para el ojo avispado, es evidente que los tres ocupantes de yellow walls llevan un botón de chocolate; el resto, de azúcar.
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*Watching the English: The Hidden Rules of English Behaviour, Kate Fox

sábado, 17 de octubre de 2009

La vida puede ser maravillosa

Mientras Andrés Montes, este hombre tan peculiar y tan inconfundible (porque mira que era raro, un español negro -siempre haciendo bromas sobre el color de su piel- con la cabeza afeitada en honor a Yul Brynner, gafas redondas y pajaritas) narraba los partidos de baloncesto, soltando bromas absurdas, confundiéndose de jugador (nunca, y no lo voy a hacer ahora, he negado que me ponía de los nervios su manera de perder el hilo), y cantando y hablando de cine y de música (¡de cualquier cosa!) y repitiendo una y otra vez que la vida puede ser maravillosa, para algunos de nosotros, reunidos delante de la televisión, con unas papas y unas cervecitas, en efecto, era cierto.
Hace unas semanas, la selección española de baloncesto ganó el Europeo. Vimos la final con unos amigos, y entre que celebrábamos la victoria y comentábamos el partido, no oí las últimas palabras de este hombre que acababa de perder su trabajo: "Yo me despido de ustedes. Ésta es mi última retransmisión. Y voy a decir lo mismo que decía hace tres años y medio cuando vine a esta cadena: La vida puede ser maravillosa".

Ayer murió Andrés Montes. Desde algunos foros se insinúa que no hace falta autopsia para confirmar cual fue la causa de su muerte. Quizá le falló el corazón. La vida dejó de ser maravillosa para él. Dejó de encontrar la respuesta en el viento.

Desde la distancia, me afecta esta noticia como si hubiese perdido a un amigo, y mira que me gustaba poco como comentarista deportivo. Pero su muerte significa para mí, (y también para muchos más) que las tardes de baloncesto nunca serán iguales, y eso, cuando las echas tanto de menos, es muy duro. Y aunque sabes que cuando decides tomar un camino que te aleja de casa, corres el riesgo de que todo cambie mientras estas lejos, estas noticias te lo hacen aún más patente, más doloroso.

Por una vez, voy a dejar de mirarme el ombligo y acabaré pensando que algunos jugones, algunos cracks, aunque mueran, no están muertos: quedan para siempre en el recuerdo de cientos de personas. Esos jugones son los que son capaces de hacer creer a los demás, aunque sólo sea durante un par de horas, que la vida, con todas sus miserias, con todo su sufrimiento, puede ser maravillosa.

miércoles, 7 de octubre de 2009

La ciencia en España no necesita tijeras...


Me entero por aquello del facebook (que aunque consume más tiempo del que debería, tampoco está mal para mis ratos de ocio entre yellow walls) que desde el blog http://aldea-irreductible.blogspot.com/ se está gestando una iniciativa en la que debería implicarme, por aquello de ser uno de esos cerebros en fuga que de vez en cuando salen en las noticias (siempre me hace gracia, ya lo sabéis, considerarme un cerebro).
Resumiendo, en estos tiempos de crisis, en los que es necesario recortar de donde se pueda, como siempre salen perdiendo los mismos: los presupuestos generales para el próximo año en esta (aquella, desde UK) España nuestra contemplan importantes recortes en ciencia, educación y cultura. Debe ser porque estas cosas no son importantes, porque por mucho que nos digan que nuestro país tiene que apostar por un cambio de estrategia y empezar a mirar al futuro invirtiendo en el desarrollo científico y tecnológico, la realidad es que seguimos siendo, como siempre, el país de la tapa, la playa y el listo de los trajes.
Pero, como alguna vez he dicho aquí, siempre nos queda el consuelo de la pataleta. Los promotores de la iniciativa "La ciencia en España no necesita tijeras" proponen, como medida de pataleta y con la que quizá se pueda conseguir algo de atención (porque, no nos engañemos, cuando le preguntas al público general a que se dedican los científicos, el más amable te dirá que a gastarse el dinero de sus impuestos en investigar tonterías), que cada persona que tenga un blog publique, el 7 de octubre, con el mismo título, una razón por la cual consideran que no se debe recortar el presupuesto para ciencia en España. Mi blog es el 478 en una lista que, hasta el momento, supera los 600 (cuando las previsiones iniciales eran de 100 blogs). Después de pensar un poco, y sabiendo que en los otros 685 blogs se darán razones más valiosas que las que pueda dar (y os invito a todos a seguirlas en el link que os he pegado arriba) yo a estas horas después de sobrevivir a un día más en este mundo paralelo, dejo aquí mi razón:
-Quiero tener la opción de volver a mi casa.

sábado, 3 de octubre de 2009

Cambridge Neuroscience & Mental health Symposium

Esta semana he tenido la oportunidad de asistir a uno de tantos simposios que organiza Cambridge Neuroscience. En comparación con la cantidad de gente que trabaja en neurociencia en mi antigua y añorada (ahora desde la distancia) Universitat de València, el número de científicos en este campo aquí es abrumador.

Si bien con la vuelta de vacaciones no estaba muy por la labor de escuchar conferencias, lo incómodo del auditorio y el ambiente que me rodeaba me forzaron a atender a algunas de ellas. Dos me resultaron particularmente curiosas.

Writing fast with any muscle
Tras ser presentado por el insigne Everitt (que no perdió la oportunidad de tildar de provocativo el título de la charla con su típica cara de chascarrillo), un físico un tanto frikazo apareció con una cesta llena de gadgets y nos fue mostrando como con el sistema que habían diseñado, uno podía escribir de manera eficiente con un solo dedo, con movimientos de cabeza (gracias a un sensor en una gorra), siguiendo las letras con la vista e incluso con los movimientos respiratorios. El programita de marras se puede descargar de forma gratuita:
http://www.inference.phy.cam.ac.uk/dasher/
¡Si el pobre Jonnhy hubiese tenido acceso al Dasher tras dejar su fusil cuanto sufrimiento se habría ahorrado!

Pain and swelling, suffering and love: the NGF story
Aunque a primera vista, pensaba que el conferenciante nos iba a hablar de Rita Levi-Montalcini escondida de los fascistas caracterizando el NGF en su buhardilla, nos habló de como una mutación en un gen relacionado da individuos con insensibilidad al dolor (por supuesto acompañando la charla de fotos de miembros amputados, codos rotos, y heridas sangrantes, todos indoloros, nos os penseis). Se puede consultar el estudio en: Shatzky S, Moses S, Levy J, Pinsk V, Hershkovitz E, Herzog L, Shorer Z, Luder A, Parvari R. Congenital insensitivity to pain with anhidrosis (CIPA) in Israeli-Bedouins: genetic heterogenity, novel mutations in the TRKA/NGF receptor gene, clinical findings, and results of nerve conduction studies. Am J Med Genet. 2000 Jun 19;92(5):353-60.
Y para demostrar de manera irrefutable que el NGF tiene que ver con el procesamiento del dolor, el conferenciante no pudo evitar la cita jocosa: las personas enamoradas sufren un incremento de esta neurotrofina (Emanuele E, Politi P, Bianchi M, Minoretti P, Bertona M, Geroldi D. Raised plasma nerve growth factor levels associated with early-stage romantic love. Psychoneuroendocrinology. 2006 Apr;31(3):288-94.)

PS: Al buscar las citas relevantes para estas notas, me he encontrado con uno de esos artículos que merecen el Nobel alternativo. No tiene mucho que ver con la idea original del post, pero aquí o pego porque me ha parecido increíble lo de los japoneses no acostumbrados a besar besando a sus amantes libremente y con música suave. (También me llama la atención que este artículo esté publicado en la misma revista en la que me acaban de aceptar mi último ídem, y del que curiosamente me han mandado hoy las pruebas de imprenta.)
Physiol Behav. 2003 Nov;80(2-3):395-8. Kissing reduces allergic skin wheal responses and plasma neurotrophin levels. Kimata H. Department of Allergy, Ujitakeda Hospital, 24-1, Umonji, Uji, Kyoto 611-0021, Japan. h-kimata@takedahp.or.jp
The effect of kissing on allergen-induced skin wheal responses and plasma neurotrophin levels were studied in 30 normal subjects, 30 patients with allergic rhinitis (AR), and 30 patients with atopic dermatitis (AD). All of the patients with AR or AD are allergic to house dust mite (HDM) and Japanese cedar pollen (JCP). They are all Japanese and they do not kiss habitually. The subject kissed freely during 30 min with their lover or spouse alone in a room with closed doors while listening to soft music. Before and after kissing, skin prick tests were performed using commercial HDM allergen, JCP allergen, as well as histamine and control solution, and wheal responses were measured. Simultaneously, plasma levels of neurotrophin, including nerve growth factor (NGF), brain-derived neurotrophic factor (BDNF), neurotrophin-3 (NT-3) and -4 (NT-4) were measured. Kissing significantly reduced wheal responses induced by HDM and JCP, but not by histamine, and decreased plasma levels of NGF, BDNF, NT-3, and NT-4 in patients with AR or AD, while it failed to do so in normal subjects. These finding indicate that kissing have some implication in the study of neuroimmunology in allergic patients.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Arroz con bogavante


Ingredientes para dos personas:
  • Un bogavante hermoso, vivo y con cara de buena salud, al que no se le debería coger cariño
  • Un vaso de arroz bomba
  • Un tomate maduro
  • Una cebolleta
  • Azafrán
  • Pimentón (o pimiento choricero)
  • Perejil picado
  • Caldo de pescado
  • Aceite de oliva, sal
Se mira al bogavante a los ojos, directamente y sin miedo, porque si no cabe en la cazuela, lo tenemos que matar sin contemplaciones: cortamos la cabeza, y al fuego con el animalito. Reservamos. Hacemos un sofrito con la cebolleta y el tomate rallado, añadimos el pimentón o la ñora, el perejil, el arroz, removemos, colocamos nuestro ex-bogavante -ahora trozos de marisco- añadimos el caldo en punto de ebullición, el azafrán y esperamos a que el arroz se cueza. Acompañar las pinzas con vino blanco.

viernes, 25 de septiembre de 2009

La crisis de los treinta


Nada nuevo: llevo con la crisis de los 30 desde los 25. Pero estrictamente hablando, estoy en mi trigésimo año de vida, así que antes de cerrarlo me tocaba hacer todavía más estupideces de las que llevo en este fatídico 2009. ¿Y hay algo que más tópico que hacerse un tatuaje? (O dos, porque al ser pequeños me cobraban lo mismo...)
Pero como veis, no es una estupidez del todo: estas manchas negras que me acompañaran de por vida tienen un significado. Ningún misterio, se puede adivinar fácilmente observando con detenimiento la foto adjunta.

En cualquier caso, cerrando el primer tercio de mi vida (la esperanza de vida en nuestros países desarrollados está incrementándose tanto que cualquiera espera llegar a los 90, pese a las hamburguesas y los gin tonics) me viene a la cabeza algo que leí hace años en "El pulgar del panda" de Stephen Jay Gould.

Sabemos que los ratones viven sólo un par de años, los perros unos doce, los gorilas unos treinta. Pero resulta que la relación del número de veces que respiran, o que laten sus corazones, con respecto a su tiempo de vida es constante en todos ellos. O, dicho de otro modo, de acuerdo a sus corazones, todos los mamíferos viven lo mismo: unos 800.000.000 de latidos, que equivalen a respirar 200.000.000 de veces. La cosa es que la velocidad a la que laten sus corazones, y a la que respiran, depende inversamente de su tamaño corporal. Sin embargo, los humanos se saltan esa regla y viven 3 veces más de lo que toca a un mamífero de su tamaño. O, dicho de otro modo, yo, si fuese cualquier otro mamífero de 54 kg, en lugar de estar haciéndome tatuajes, debería estar muriendo.

Saber eso debería cambiar nuestra perspectiva de la vida.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Maldita pirámide de Maslow


Decía un tal Abraham Maslow que una vez el ser humano satisface sus necesidades fisiológicas, o sea, tiene asegurada su ración de comida, su refugio y si es posible un compañero sexual, su motivación empieza a dirigirse a la consecución fines "más elevados", de manera jerárquica y tal y como se especifica en la figura adjunta.

Maldita pirámide de Maslow.

Cuando hace ocho meses llegué a Cambridge, puede decirse que dirigí todos mis esfuerzos a asegurarme los dos primeros escalones de la pirámide. Era un 4 de enero, los conductores del autobús no me entendían, las ventanillas del mismo estaban llenas de barro, las calles desiertas, heladas y oscuras (cuánto daño ha hecho a nuestras retinas la obsesión de la insigne alcaldesa de Valencia por las farolas) y era necesario encontrar el B&B cuanto antes, y rezar porque no estuviera en las condiciones insalubres del que me consiguieron en la incomparable Universidad de Cambridge cuando un par de meses antes les engañé para que me hicieran una entrevista.
Necesitaba comida, que durante una semana consistió en el breakfast del B&B y sandwiches prefabricados. Necesitaba un refugio, y los que fui a ver estaban llenos de moho, o tenían ciento cincuenta años, o estaban donde Cambridge perdía su nombre. Elegí lo último. Necesitaba comunicarme de alguna manera con mi compañero sexual, y para ello emprendí una batalla sin cuartel con la British Telecom. Echando la vista atrás, no sé como sobreviví a aquellas primeras semanas de tristeza y desesperación.

Pero claro, si no existiera la maldita pirámide de Maslow, con la consecución de todos esos objetivos mi tristeza y mi desesperación habrían desaparecido hace tiempo. Pero ahora vivo en el centro, tengo localizados los supermercados más cercanos, y el régimen de visitas a mi compañero me permite liberarme de la angustia con bastante regularidad, y sin embargo la cúspide de la pirámide me parece tan lejana (o incluso más) como hace más de ocho meses.
Maldita pirámide.
Total, para llegar al mismo sitio...

miércoles, 5 de agosto de 2009

Cerrado por vacaciones

Estamos en el jardín del Edén mi other half y yo (ahora vivo en el Paraíso judeo-cristiano en lugar de rodeada de dioses paganos). La temperatura nos ha dado una tregua, y después de unas salchichas con manzana disfrutamos de un café con banda sonora de Pink Floyd (parece que realmente no haya nadie ahí fuera).
Cierro el blog por vacaciones. En realidad sigo trabajando hasta septiembre, pero mi infelicidad se ha apagado por un momento, e imagino que con ella la capacidad de encontrar nuevas historias incomprensibles que contar aquí.
Cuando vuelva, os hablaré de Emil Cioran y el problema de haber nacido, de los magots que infestan los contenedores cuando solo hay recogida una vez cada dos semanas y de muchas otras cosas que me dejo en el tintero.
Pero ahora el portátil se queda sin batería, y yo cierro por vacaciones...
¡Feliz verano desde el otoño inglés!

domingo, 26 de julio de 2009

Le nuvole

Vanno, vengono,
ogni tanto si fermano,
e quando si fermano, sono nere come il corvo,
sembra che ti guardano con malocchio.
Certe volte sono bianche, e corrono, e prendono la forma dell'airone, o della pecora, o di qualche altra bestia,
ma questo lo vedono meglio i bambini che giocano a corrergli dietro per tanti metri.
Certe volte ti avvisano con rumore prima di arrivare,
e la terra si trema e gli animali si stanno zitti.
Certe volte ti avvisano con rumore.
Vanno, vengono, ritornano,
e magari si fermano tanti giorni che non vedi più il sole e le stelle,
e ti sembra di non conoscere più il posto dove stai.
Vanno, vengono.
Per una vera, mille sono finte,
e si mettono li tra noi e il cielo per lasciarci soltanto una voglia di pioggia.

Fabrizio de Andrè

Las nubes

Vienen, van,
a veces se quedan,
y cuando se quedan, son negras como los cuervos,
parece que te echan el mal de ojo.
A veces son blancas, y corren, y toman la forma de un vencejo, o de la oveja, o de cualquier otro animal,
pero lo ven mejor los niños que juegan a correr detrás mucho tiempo,
y la tierra tiembla, y los animales enmudecen.
A veces te avisan con ruido.
Van, vienen, vuelven,
y quizá se quedan tantos días que no ves más el Sol ni las estrellas,
y te parece que ya no conoces el lugar en el que estás.
Van, vienen.
Para una verdadera, mil fingen,
y se meten entre nosotros y el cielo para dejarnos únicamente un deseo de lluvia.

lunes, 20 de julio de 2009

Tragedias minúsculas

Escapo de Cambridge por un fin de semana, me harto de boquerones y bravas y vuelvo con una sensación de inconsolabilidad y de exilio. Intento distraerme en el avión leyendo el National Geographic, y me encuentro un artículo sobre el conflicto en los Balcanes, es decir, sobre exiliados reales, y reflexiono sobre las grandes tragedias vs. las tragedias cotidianas. Cómo es posible, si para mí es insoportable la perspectiva de volver al verano inglés después de tumbarme en la playa y nadar entre las algas mediterráneas, que existan personas que se sobreponen a la expulsión de sus casas, a no volver nunca, a perder a sus familias, a veces en su totalidad, a veces sin saber nunca que fue de ellos, a veces sabiendo que fueron torturados hasta la muerte. Ahora que ha pasado una década, concluye el artículo, se debate la incorporación a la Unión Europea, y esto podría afectar, entre otras cosas, a la producción de slivovitz. Me pregunto que clase de tragedia supondrá para los los productores de este licor típico tras pasar por una guerra.
Y me pregunto por qué yo me arrastro por el aeropuerto de Stansted como alma en pena porque durante un par de semanas solo podré ver y oír a mi other half, pero no olerlo ni tocarlo; porque en un mes y medio no comeré más boquerones. Me pregunto si tengo derecho a ello, pero es que para cada individuo su tragedia personal no provoca un ápice menos de dolor que la más horrible de las pérdidas de otro, como si el ser humano tuviese una resistencia directamente proporcional a la magnitud de la tragedia que vive. Y sin embargo, casi siempre somos capaces de levantarnos y seguir adelante. A veces por nosotros mismos; otras porque alguien nos coge de la mano; muchas otras, porque poseemos la maravillosa cualidad de la empatía, y a veces somos capaces de olvidarnos de nosotros mismos para dar esa mano a quien lo necesita.
Pase lo que pase, levantarse y seguir adelante.

(Con todo mi cariño desde mi tragedia insignificante para MªJosé)

Espérame en el cielo...










O lo que es lo mismo, espérame en la nostra terreta.

Ahora sólo una de nosotras queda volando a la deriva, lejos ya del panteón romano que compartimos durante cinco meses, pero no te preocupes que yo cuidaré de la petunia que trajiste la primera semana para dar sensación de hogar, y del adaptador que me legaste como si fuese oro (de todos es sabida mi animadversión por los enchufes trípodes). Y cuando me tome una pinta en the Anchor brindaré a tu salud por haber cuidado tanto de la mía, por haber sido farmacéutica en un país en el que es necesario justificar la compra de paracetamol, fisioterapeuta de la tendinitis de la corredera bicipital y de la nostalgia a veces inconsolable, cocinera de purés y lasañas de optimismo y compañera de cervecita y papas en el mejor momento del día.

jueves, 16 de julio de 2009

Security reasons

Ya hemos hablado alguna vez aquí acerca de la preocupación de los británicos por la seguridad en todos los ámbitos. Quizá lo de ayer no sea tan grave, incluso puede que sea de agradecer en un país donde no hay ID para comprobar la identidad del poseedor de una tarjeta de crédito y en un mundo donde para comprar por internet sólo necesitas encontrarte una ídem tirada en la calle.
Me he mudado, como os contare otro día con mas tiempo (en 7 horas vuelo para Valencia y tengo que acabar con todos mis queridos bichitos durante esta mañana). Por lo tanto, he tenido que liquidar mis facturas del agua y la luz, cosa que hice entre ayer y anteayer comodamente por telefono (Merece un aparte considerar que en esto de alquileres y pago de facturas, en este país te lo ponen mucho más fácil que en esta España nuestra). Además, como he dicho, me voy a pasar el fin de semana a casa, de manera que también compré los billetes del autobús, esta vez por internet. Pero como soy un poco melona, me equivoqué en la hora de salida y tuve que llamar al National Express para intentar arreglar el billete. No hay problema, madam, son 5GBP, y si es tan amable me facilita los datos de su tarjeta. Ardua tarea, porque evidentemente con un nombre compuesto y dos apellidos te toca pasarte deletreando un largo rato, y encima confundimos las B y las V y no podemos decir T de teta y C de casa porque eso aquí no existe. Hay que decir T for tango and C for Charly. Pero a lo que íbamos. Tras dos intentos infructuosos de pagar mis 5 miserables GBP, con cabreo por mi parte porque se enfada por lo ininteligible de mi nombre, le repito 100 veces los numeros, etcétera, el buen señor pakistaní me envía por donde he venido porque mi tarjeta no funciona. Imposible. ¿Le doy otra? No, señora, una vez una es rechazada ya no confiamos en usted...
Intento arreglarlo por internet, y nada, mi tarjeta está bloqueda.
Menos mal que enseguida recibo una llamada del banco, pidiéndome que confirme mis datos personales, varias veces, y que confirme los pagos excesivos que he realizado durante los últimos días. Ejem. Electricidad, agua y un billete de autobús...menos de 120 GBP. Excesivo, desde luego. Y cuando incrédula pregunto al señor bancario si es que cada vez que pague mis facturas y quiera hacer un viaje me van a bloquear la tarjeta, se ríe con un amable por supuesto que no madam, enseguida se lo arreglamos, y aquí no ha pasado nada.......

lunes, 13 de julio de 2009

Mi araña residente

Nuestro ingeniero electrónico, ex-yugoslavo, nos ha visitado de nuevo. Cuando lo conocí, lo primero que me dijo fue que tenía cara de haberme dejado algo atrás. Quizá un novio. Así, sin anestesia. Le dije que había acertado, y enseguida me largó un discurso acerca de mi obligación de volver o la obligación de mi novio de venir aquí, porque a mi edad, que seguro que tenía ya casi 30 (y no se creyó que me pidieran el ID para comprar cerveza), iba a empezar a ser tarde para tener hijos.
Ayer cuando abrió la puerta de la habitación de paredes amarillas y me vio, exclamo:
-¡La chica española! ¿Pero qué haces todavía aquí? ¿Aún no has huído?
-Sí, aún por aquí, pero tranquilo, mi novio se ha ido esta mañana, y yo me voy a pasar el fin de semana a España.
-No puedes aguantar ni tres días, ya veo, ya veo.

Y entonces pienso que, a pesar de la distancia, nuestras arañas residentes -la española en el retrovisor del coche, la inglesa en mi bicicleta- arreglan cada noche la tela que durante el día se estropea por culpa del viento en contra, y así van tejiendo unidas los días que voy tachando del calendario de la habitación de paredes amarillas, recordándonos que no estamos tan lejos si en ambos mundos paralelos hay minúsculas arañas tejiendo un puente de uno a otro.

jueves, 9 de julio de 2009

Random people (II): La correcion politica bajo sospecha

Ha pasado lo que tenia que pasar. La random people que limpia el suelo no esta haciendo su trabajo.
Ayer mi famoso NACWO se paseo pasando el dedo indice por el suelo y quejandose de lo mal que friega esta gente. Claro, no saben lo que es el mocho, que aqui tienen moqueta hasta en los hospitales (gracias, Rafalek, por la observacion).
La conversacion, que traspaso todos los limites de la correccion politica britanica, merece ser registrada.

NACWO-Ya nos ha pasado otras veces, por eso no queriamos contratar a una empresa de limpieza. Nunca hacen bien su trabajo! La ultima limpiadora que tuvimos era una lesbiana transexual. (!)
Carmen-Hombre, no creo que eso tenga nada que ver con limpiar bien el suelo....
N-No, no, es que en Gran Bretanya no puedes encontrar un limpiador decente. Son todos unos tarados, unos retrasados, o la escoria de la sociedad. Si en este pais tienes medio cerebro no te metes a limpiar. (!)
C-Mi madre ha trabajado alguna vez limpiando y creo que si tiene medio cerebro...
N-Estoy hablando de este pais. No encuentras un solo britanico que se dedique a limpiar y sepa hacerlo. Es como mi coche, desde que hay dos polacos en la estacion de servicio esta mucho mas limpio.
C-Sugieres que le digamos a nuestro polaco que friegue el?
N-No, solo digo que este tipo de trabajos solo los hacen bien los inmigrantes, porque los britanicos que se dedican a ello son escoria. Bueno, voy a llamar para quejarme a la empresa de limpieza.
....
N-He llamado, he preguntado por el jefe, le he dicho que su empleado no estaba haciendo bien su trabajo, y me ha contestado que era el mismo el que lo estaba haciendo...lo que te dije....Y por cierto, acabo de recordar que cuando trabajaba en Londres teniamos un limpiador fantastico, y era espanyol. Un hombre bajito y moreno...
C-Muy bien, ahora si estas sugiriendo que nosotros, en lugar de venir a trabajar de doctores, freguemos el suelo...
N-No, no, en absoluto...

Pese a lo que pueda parecer, es liberador tener este tipo de conversaciones con mi nacwo. Al menos el buen hombre dice lo que piensa.
Y si lo analizas a fondo tiene toda la razon: en ese tipo de trabajos desagradecidos como limpiar la mierda dejada por otros las personas que tienen ganas de trabajar lo hacen bastante mejor en general. Y los inmigrantes, muchas veces, tienen mas ganas de trabajar que los locales porque han salido de un pais en el que no tenian trabajo. Quiza tambien por eso a los inmigrantes de alto standing que somos los tropecientos postdocs extranjeros de la universidad de Cambridge se nos pueda pedir que nos rompamos los cuernos: al fin y al cabo, como todo emigrante, salimos de casa para conseguir un futuro mejor, y creemos que la unica manera de conseguirlo es esta...