miércoles, 15 de diciembre de 2010

2010: Epílogo

Si por estas fechas el año pasado recopilaba todo lo que no había aprendido en la Universidad de Cambridge y en el exilio en general, así como las fotos más significativas de cada mes, este año me quedo un poco en off a la hora de hacer balance. Lo reconozco, el 2010 se me ha pasado medio en blanco. Empecé pintándome las uñas, haciendo propósitos de sonreír. Conseguí que se me descascarillaran las uñas y se me quedara agarrotada la mandíbula. Poco más. Mis arrugas se hicieron más profundas, casi tanto como las raíces que echó mi tristeza, y me rompí la cabeza contra la pared sin conseguir el miserable click. A mitad de año decidí huir de Inglaterra como una rata, con los nervios destrozados y sin tener muy claro qué hacer con mi vida. Al final, aquí estoy, en el semiexilio esta vez: sigo dejándome llevar por la corriente, y sigo sin estar segura de que las decisiones que voy tomando sean las adecuadas. Señal de que algún tornillo tengo flojo, porque sabemos que la gente normal defiende sus decisiones incluso cuando no son suyas.*
Aquí estoy, en mi cubículo, sola, con una cerveza en la mano y un estómago relleno de ensalada de rúcula. Intentando hacer balance, e intentando creer que por fin el click ha llegado (quizá os lo contaré otro día).
De momento, abusaré de llutub, y recordaré por penúltima vez mis días en yellow walls, cuando lo único que necesitaba era volver.
Si las decisiones que he tomado este año fueron las adecuadas, solo (sin tilde, como dice ahora la academia) yo podré decidirlo.
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*Failure to detect mismatches between intention and outcome in a simple decision task. Johansson et al, 2005, Science, 310:116-9.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Miles de millas




Prometí amplio resumen de mi viaje a eeuu cuando se me pasara el jet lag. Aún me dura, pero creo que viene de antes, de hace unos dos años, aproximadamente.

Así que creo que voy a dejar de esperar la recuperación.


Pese a ser totalmente cierto que este viaje ha acabado con mis prejuicios sobre los eeuuenses, ya que todos con los que nos hemos encontrado por el camino han sido absolutamente encantadores (y no solamente extremadamente polite al estilo británico, las sonrisas parecían genuinas y no fruto de una educación represora), contravendría el espíritu de este diario de pataletas si no hiciese notar lo cómico, lo esperpéntico, lo bizarro (en el sentido sajón, sé que la Real Academia define esta palabra como espléndido, que también) que nos hemos encontrado por el camino. De ahí el material gráfico que he seleccionado, a mi juicio autoexplicativo.


Recorrimos miles de millas por California, Arizona y Nevada en un coche de alquiler. Precisamente, el viaje podría definirlo así: nos sentamos en el coche y recorrimos millas. Cruzamos dos estados en un día al son de las rancheras; el desierto del Mojave en una noche, acompañados de lechuzas y cactus fantasmagóricos; pasamos fugazmente por Las Vegas especulando cuanta gente debe apostar cada noche en la ruleta para poder pagar simplemente la factura de la luz, y comprendiendo el porqué de tanta seguridad en la presa Hoover; volvimos a recorrer dos estados. Nos sentimos en una película la mayor parte del tiempo, y al final uno se cree lo que escribe Jack Lemon (pero luego siempre se da cuenta cuenta de que aquí sólo estamos para pasar el rato, como parece bromear la McLaine).


También reflexionamos mucho. Sobre los navajos que vendían plumas al pie del Cañón, sobre la soledad de los pueblos perdidos en el medio del desierto, sobre el porqué de que siempre exista Little Italy y Chinatown pero no un Spanish barrio, sobre la estupidez de la condición humana. De vuelta a casa, se me han olvidado la mayoría de estos pensamientos, pero queda una promesa: volveremos. Y un deseo: algún día, llegaremos más allá, y luego todavía un poquito más lejos, hasta que sea más corto continuar el camino que dar la vuelta. Algún día...

miércoles, 1 de diciembre de 2010

El oso

Una interpretación libre de la teoría de James-Lange...o cómo intentar engañar al cerebro gracias al as-if-loop de Damasio:

Smile

Lástima que la mayoría de las veces no funcione...

domingo, 21 de noviembre de 2010

How would you like your eggs?

Escribo desde el aeropuerto internacional de San Diego.

Una semana en EEUU para eliminar mis prejuicios sobre este país y aprender que me gustan los huevos over-easy para desayunar.

Como me quedan 30 horas para llegar a mi minicasa de Barcelona, tengo tiempo de sobra entre vuelos y transbordos para digerir el exceso de colesterol que he ingerido estos días y, más importante aún, la experiencia de recorrer cientos de millas por California, Arizona y Nevada, y el estudio geográfico-antropológico que conlleva. Amplio resumen y material gráfico cuando supere el jet lag.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

En la frontera con goteras...

...tras trasladarme ayer a mi minipiso entre el barrio del Raval y la gente normal*.

Dejé atrás mi habitación de dos metros cuadrados con bedbugs en una casa de dos plantas con jardín y buena compañía en la calle del Edén, y los 20 minutos en bicicleta entre el verde de los árboles ingleses, por un mes en casa que reafirmó mi impresión previa de que que la labor del ama de casa está todo menos infravalorada (sin entrar en que quizá no es lo mismo dedicarse a ello un mes que treinta años)...y tras el más que breve periodo de solaz, relajación extrema y negación de la realidad, durante el cual tanto mi other half como yo disfrutamos sobremanera de huevos fritos y chuletas a lo que dé, ojalá la vida consistiera en eso...comienzo una vida nueva en una habitación de treinta metros cuadrados para mí misma (eso sí, el baño al menos está separado del resto, y pago casi el triple de alquiler) entre el rojo y verde de los semáforos y la actividad frenética en una ciudad que parece que no pare nunca.
De momento, dos días después de empezar mi segunda estancia postdoctoral me da la impresión de que me comporto como si estuviera de vuelta de todo, como si tuviera los cojones pelados a base de lidiar con jefes de diverso pelaje y procedencia...pero ¡ay!, angelita, cállate ya que pareces uno de esos abuelos que se empeñan en recordarte que cuando tú vas ellos ya han vuelto porque fueron a la guerra y volvieron, me da por pensar la enésima vez que no puedo evitar contestar con un eso es así en todas partes o un es que los científicos somos unos frikazos de los cojones cuando mis nuevos compañeros, de lejos más afables y simpáticos, o mejor dejémoslo en mediterráneos e intentemos no ofender, que la mayoría de los inmediatamente anteriores, me comentan las particularidades del sitio...cállate, Mari Carmen, leches, que te van a coger manía y aún no has empezado a hacer esas de las que no te das cuenta...
Y de momento, pese a la visita del papa (de momento, sin WC portátiles a la vista, que a gusto se está lejos de la sagrada familia), los viajes en tren se me hacen más agradables que el ryanair, aunque vistos los precios, no descarto volver a volar.

Y de momento, intento trabajar para que, esta vez, las goteras no se me hagan en el alma....

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*Pido disculpas por los ripios, no me he podido resistir. Anoche me trasladé, anoche tuve el primer desastre: goteras en el baño. Menos mal que la casera, que es el alterego de mi casera en Valencia, me lo ha solucionado, parece, ipso facto.

sábado, 23 de octubre de 2010

Elogi de la imperfecció

Hi ha vegades en les quals un error, un accident, un imprevist, et canvien la vida.
Això em passà el 8 de febrer de 2002, quan en la meua estupidesa vaig confondre l'hora de l'últim exàmen del quadrimestre i em presentí a l'aula 4 hores tard.
Per a una xiqueta que sempre ha patit en silenci (ejem) a l'escola i l'institut ser "la empollona de la clase", que va aprovar totes les asignatures de la carrera a la primera (excepte una, perquè sempre he estat en els primers llocs, però no mai la primera), fer una cosa tan estúpida com confondre l'hora d'un exàmen, i més quan l'assignatura era tan bonica (recordem, Neurobiologia Funcional) no tenia perdó de Déu. Sobretot perque com no em deixaven el cotxe en casa, em vaig fer el trajecte de més d'una hora en autobusos i metros i tranvies per a no res. I això cabreja.
De manera que em plantí al teu despatx, Fernando, molt encabronada amb mi mateixa, per a explicar-te la situació i asegurar-te que a la segona convocatòria trauria una Matrícula. Em rebé Quique, perquè no estaves en aquell moment, i quan torní a l'endemà, amb el teu etern esperit docent, em proposares col·laborar amb vosaltres.
Qui sap que haguera segut de la meua trajectòria professional de no haver comés aquell xicotet error: no crec que haguera pogut trobar un altre lloc en el que, a banda de crèixer com a científica, trobara una familia. Perquè al laboratori heu segut la meua familia, els meus amics; especialment tu, Fernando, que eres el "pare" de tots, tens la culpa d'haver-me ensenyat el que volia ser en la vida. Que, per suposat, no es limita a ser neurocientífica: quan siga gran, vull ser com tu, perquè has de ser un dels pocs "mestres" que arriba a catedràtic (hui tu també tens un examen, però sospite que no arribaràs tard*) siguent tan estimat pels seus deixebles. Mai has publicat un Science, però sempre has segut honest i apassionat pel teu treball. Com Rita Levi-Montalcini ens recorda, il fatto che l’attività svolta in modo così imperfetto sia stata e sia tuttora per me fonte inesauribile di goia, mi fa ritenere che l’imperfezione nell’eseguire il compito che ci siamo prefissi o ci è stato assegnato, sia piu consona alla natura umana così imperfetta che non la perfezione.
Fem com ella: que el nostre treball imperfecte no deixe de fer-nos feliços, i mai deixem de recordar que, a banda de científics, som humans.

Gràcies per tantes coses, "jefe".






El mític primer congrés, Lleida, 2003.

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*Però jo, una vegada més, sí. Mentre ahir escrivia esta entrada...tornà a passar. Pensava que l'oposició era a porta tancada, i arribí quan ja
t'havien fet catedràtic i estaveu tots escampant. Com una broma de mal gust, la història es repeteix. Supose que simplement és un altre cercle que es tanca, menys mal que encara ens queden tantes coses que compartir...

miércoles, 20 de octubre de 2010

Carmen amb Tomàquet

Tras Carmen a la Romana y Carmen and Chips, una nueva entrega de las aventuras de la pequeña científica cabreada está a punto de comenzar: esta vez a sólo 349 km de mi ciudad natal, y, lo que es mejor, en pleno Mediterráneo y con jamón (pernil) a lo que dé.

Bona sort! Que el karma continue fent-me costat!

Nos vemos el 2 de noviembre en Barcelona...

domingo, 3 de octubre de 2010

I miss you already...



No importa durante cuánto tiempo uno haya estado preparándose para irse: nunca se está listo del todo para la despedida. Incluso yo, que llevo yéndome desde que llegué, hace 21 meses (y no 18, como se empeñaba en decir mi jefa), me he sorprendido al despertar por última vez en Cambridge, con un sentimiento de incredulidad, de ligereza y alivio, pero de gran pesar en el corazón. Porque todos los malos momentos empezaron a enmudecer con unas fotos porteñas sobre mi escritorio, a empequeñecerse con los floridos apretujones polacos, a disolverse con las lágrimas del Hombre Feliz. Y de repente, empezaron a brillar los buenos momentos; con la tristeza diluyéndose y escapándose por el desagüe; con los recuerdos felices remodelándose y reconsolidándose, venga la síntesis proteica en mis pobres neuronas todo el día de hoy: vaciar el jardín del Edén sabiendo que no podremos vaciar la calabaza y ponerla en la ventana para Halloween, abrazarnos uno a uno porque toca estirar los lazos de la amistad hasta no se sabe dónde o cuando: si nos reencontraremos con unas pintas (y un zumo de naranja), o mejor, un salmorejo delante, o con un pulpo a feira, o con una paella de verdad. Y mira que en el último momento el plan de la Serpiente sonaba bien, y mira que lo tenía todo pensado para que los que estábamos no nos fuésemos, y los que sólo vienen de vez en cuando se quedasen para siempre… Creamos que, aunque no siempre puedas tener lo que quieres, si lo intentas, a veces, consigues lo que necesitas.

sábado, 2 de octubre de 2010

Kaeru


Hasta seis ranas conté en el jardín del Edén durante mi penúltima noche en Cambridge. Llovía, no había luz en mi manzana: nada mejor que hacer que salir a sacar el contenedor (la recogida de basuras por estos lares deja mucho que desear). Y de repente, un salto: era necesario desafiar al chubasquero y salir a la caza del anfibio cámara en una mano y luz de bicicleta en la otra: maravillosas ocupaciones que uno debería permitirse para luchar contra el tedio de la vida adulta. Y maravillosamente, las ranitas esperaban con paciencia pegajosa ser inmortalizadas por mi cámara, una tras otra, saltando hacia un lado para dejarme paso hasta la siguiente apenas disparado el flash. Siempre me han hecho feliz estas cosas, pero no entendí por qué aquella noche me hicieron tan especialmente feliz hasta el día siguiente, cuando, como casi siempre, Yoshiro me lo explicó: en japonés, la palabra para rana, y la palabra para "vamos a casa" son homófonas.
(Por cierto: me equivoqué de día, el contenedor se saca los jueves, pero quiero creer que las kaeru llamaron).

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Con un pie fuera

Date:Wed, 15 Sep 2010 09:28:20 +0100
Subject:RE: leaving
Carmen,  Just a little reminder to leave behind any keys and your University card when you leave.  Best of luck back in Spain.  Best regards

domingo, 12 de septiembre de 2010

El alma de las plantas

Las calabazas siguen creciendo, trepando por la tapia y amenazando con colonizar a nuestra vecina, esa que amable e involuntariamente nos proporciona conexión a internet gratis cuando la nuestra falla. Eva me recuerda que las plantas también tienen alma, y que una de las peores cosas de abandonar el Edén es abandonar su jardín.

Mientras tanto, la universidad a la que pertenezco sólo hasta final de este mes ha escalado 2 posiciones en uno de los ránkings que miden, desde un punto de vista eminentemente anglosajón, la calidad de la enseñanza y la investigación. Ahora ya somos los primeros del mundo. Sin duda, mi estancia aquí ha sido más que fructífera.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Feliz Rosh Hashanah

Después de celebrar el año nuevo chino y el año nuevo vacacional, ahora toca el 5771 del calendario judío.

Y más importante aún, mi other half y yo hemos superado el año 13.

A pesar de tantas cosas de cuya existencia no quiero acordarme ahora, y que fundamentalmente implican 1906 km segun el gugelmaps, el año 14 del calendario π empieza como una nueva aventura que seguiremos viviendo juntos: con amor, con paciencia, con chuletas de cordero, con risas, con sus ojos azules en los que necesito bañarme para poder salir adelante cuando creo que el mundo me supera. Y sobre todo, sin ryanair.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Que Dios nos coja confesaos...

El simpático señor que hace unos años propició la mayor exposición callejera de WC portátiles de todos los tiempos en Valencia ha tenido a bien revisar los delitos que se cometen en el seno de su ONG, que nunca está de más en los tiempos que corren. Una lista completa se encuentra aquí, pero me llaman la atención especialmente dos:
  • "la adquisición, la posesión y la divulgación por parte de un clérigo, con finalidad libidinosa, en cualquier modo y con cualquier tipo de medio, de imágenes pornográficas de menores de edad inferior a los 14 años"
  • "la atentada ordenación sagrada de una mujer".

Para qué vamos a discutir nuevamente sobre la tendencia malsana de algunos hombres de negro a que se les calienten las sotanas a la vista de los efebos que vienen a la catequesis o al confesionario. Pero no me digáis que no os llega al alma comparar al curilla pedófilo con las curesas. Qué queréis, me he acostumbrado a cruzarme con la reverenda Tilby y su alzacuellos cuando por casualidad salimos a la vez, ella de su iglesia y yo del pub que está enfrente (el famoso Eagle donde Crick y Watson [quiero pensar que antes de que se le fuera la pinza] se refrescaban [ejem] con una pinta de ale), y no me parece que la buena mujer sea una depravada pecadora. Que por otro lado nunca he entendido por qué algunas mujeres (y hombres, todo sea dicho) quieren ser curesas o toreras...Allá ellas...
Por otro lado, tampoco es tan extraño que entre los hombres de negro se estile tanto la pederastia como la misoginia: si se odia a la mujer, por algún lado tienen que salir los efluvios. Cuando tienes una gran maestro como Tomás de Aquino, que te cuenta que el varón es el fin de la mujer. El niño que sale del hombre es menos perfecto que el hombre adulto, pero tiende a él. Su fin, pues, es el hombre adulto. Así también la mujer, que sale del varón, y a él tiende y si no alcanza tal fin es porque se frustra, o lo que es lo mismo, la mujer es un mas occasionatus*, un macho fallido, porque el poder activo del semen masculino tiende siempre a la producción de otro ser del mismo sexo, porque el sexo masculino es el más perfecto; de modo que la producción del viviente femenimo accede siempre fuera del plan o de la intención del agente particular. Así pues, si no hubiera alguna energía o virtud que tendiera a producir sexo femenino, ésta sería totalmente fortutita, como lo es la producción de monstruos, pues qué me vas a contar, yo también pensaría que las mujeres son seres inferiores a las que más vale atar corto. Sobre todo si son como la señora de Luis Bárcenas.
Tampoco me extraña que el bueno de van Leeuwenhoek interpretase los espermatozoides como mini-hombrecillos cabezones, que simplemente necesitan del calorcito uterino para crecer. Igual al maestro angélico le hubiera dado un patatús si hubiera estado en una de las primeras clases de Embriología a las que asistí y le hubieran explicado que el hecho de que la naturaleza cree hembras por defecto no es lo mismo que decir que la mujer es un hombre defectuoso: en todo caso, el hombre es una mujer con protuberancias: el embrión comienza full equipe, y si nada lo remedia (es decir, si el pequeño y testosterónico cromosoma Y no lo remedia), se acaba desarrollando como mujer.
Nuevamente, esperemos que no todas salgan como la Rosalía.
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*De la idea freudiana sobre la envidia del pene casi mejor hablamos otro día....

sábado, 4 de septiembre de 2010

La belleza de la pérdida

La ansiedad es un estado de alerta ante la incertidumbre.
Cuando la incertidumbre desaparece, la ansiedad debería desaparecer.
Y la incertidumbre no desaparece, pero al menos ya tengo billete de vuelta, y eso me tranquiliza.
El 2 de octubre vuelo para no volver, al menos en un tiempo.
Ahora es tiempo de saborear todas esas cosas que echaré de menos, y envolverme en la belleza de saber que sólo puedo disfrutarlas durante un puñado más de días.
La ardilla que otea la calle del Edén desde una tapia.
Orchard Street, a las 8 de la mañana de un soleado día de principios de septiembre, con el vaho que empieza a estas alturas del verano (británico) a formar nubes alrededor de las bocas de las osadas ciclistas españolitas.
Un avión de modelismo dibujando un corazón con humo rojo al fondo del campo de trigo marrón vencido por el otoño prematuro.
Las zarzamoras preñadas de frutos rojos y negros.
La calabaza que plantó Eva y que cubre casi todo el jardín del Edén (probablemente gracias al accidente del día de la mierda).
El silencio, a pesar de que el pedal de mi bici oxidada no para de crack/chrics, y de Madeleine Peyroux.
La tristeza.
La belleza de la tristeza.

jueves, 19 de agosto de 2010

Espresso?

De niña me encantaba ir al médico: siendo una persona relativamente sana tenía pocas oportunidades de romper la rutina y ver la calle por las mañanas: me parecía un mundo totalmente distinto, poblado únicamente por las personas más afortunadas a las que se permitía no ir al colegio ni a trabajar: marujas y jubilados; un mundo que a partir de las cinco de la tarde se transformaba, incluso la luz sobre las fachadas era distinta vista desde el patio del colegio o desde la calle. La misma sensación de estar asomándome a un mundo prohibido me asalta ahora cuando deliberadamente llego tarde a yellow walls o me escapo, raramente, al centro a comer. Es bonito, a pesar del enorme riesgo de atropellar turistas chinos en el puente de la Jerwood Library (a pesar de la puta madre entre dientes que no puedo evitar proferir cuando se lanzan, incluso parece que adrede, sobre la rueda delantera de mi bici con cara de pánico): creo que una de las peores cosas de yellow walls es este estar lejos de todo en un edificio en el que ves a no más de diez personas, cada día, y con la obligación de hacer lo mismo, una y otra vez, cada día.

Ayer empecé a empaquetar. Creía que iba a llevarme más tiempo, pero en una hora me había deshecho de todo papeleo acumulado pero innecesario y había recogido todos los recuerdos que me llevo a casa: todo me cabe en la caja de unas botas: un cráneo frenológico comprado en Portobello Market, varios libros comprados en la Cambridge University Press, varios tickets de metro, de conciertos, y varios panfletos de museos varios.

Hoy la camarera del West Cafe se ha adelantado y antes de que me diera tiempo a quitarme los auriculares y pedir, me ha espetado: Do you want a espresso today? Yes, of course, please. Thank you.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Y venga humor inglés

Atención a la preguntita de geografía.
-Which Spanish word for "tomorrow" means it could take months for something to happen?
-Mañana




Click

...eso dicen.
Que un día algo hace click en tu cerebro y de repente todo pasa y vuelves a mirar el mundo como si no fuera tu enemigo.
Tantos días me ha parecido que algo hacía click, los tomates, nadar en aguas revueltas y en aguas cloradas, un atardecer sobre el campo de trigo adyacente a mi edificio secreto, mandar la carta de renuncia al contrato (último dia en yellow walls: 30 de septiembre) y saberme desempleada y con un futuro incierto. Pero siempre al día siguiente levantarse con la sensación de que te han chupado la sangre los bedbugs y todo sigue igual, y siempre volver a leer en el periódico los ciento veintitrés artículos de psicología sobre cómo afrontar las crisis, las depresiones, la infelicidad. Qué consuelo, todos estamos igual. La vida moderna es lo que tiene, que te adelgaza el cortex orbitofrontal y ahí estamos sin querer ver el bright side of life. Que no es que las cosas sean malas, es que no las afrontamos con paz interior. Nuevamente, be like water.
Hace tiempo que no me pinto las uñas de colores: se me estaban descascarillando. Ahora me he cortado el pelo: todo sea poner parches a la insatisfacción y esperar que esos pequeños e insignificantes gestos provoquen el click algun día.
Me estoy acostumbrando a que lo bueno del estado de depresión permanente sean esos diez minutos de acodarse en la barandilla del puente sobre el río Cam y observar cómo los polluelos de cisne se desperezan y ocho gansos marchan en fila india después de una tormenta de verano.

jueves, 15 de julio de 2010

Tomates

Mnemósine, la madre de las musas, viene después de un largo periodo de silencio y depresión durante el que incluso la vía de escape que constituía mi pataleta semanal se me ha hecho cuesta arriba. Me esfuerzo por reencontrarme a mí misma, debo estar agazapada en algún rincón de esta piltrafilla en la que me he convertido con tanta voluntad y tanto empeño. Ay, si hubiera puesto el mismo empeño y la misma voluntad en la ciencia, cuantas cosas habría descubierto...Os lo prometo, me esfuerzo, pero es difícil: tan difícil como pedalear contra el viento o luchar contra las chinches del destino* (de las que hablaré otro día).
Y sin embargo, a veces bailo yo sola en la cocina, mientras parto los tomates para la ensalada, y se me llenan los dedos de semillas, y el su perfume rojo y fresco me inunda, y me transporta (gracias, Mnemósine) más de veinte años atrás, cuando mi yaya preparaba la el bocadillo del almuerzo de los domingos, y toda la familia se reunía a eso de las 11, cada semana en el porche de una de mis tías. Recuerdo la tortilla de patata, los cacahuetes, las almendras, pero sobre todo la ensalada de tomate, atún y cebolla con un vaso de fanta de limón. Y mira que el famoso momento de Proust es uno de los mayores coñazos que hayan podido escribirse, pero que razón tenía al utilizar el recurso del recuerdo atraído por un aroma, aún sin saber que la amígdala, el centro del cerebro emocional, recibe proyecciones olfativas directas y por eso los olores nos sacuden de una manera tan vívida. Aspiro todo lo que puedo el perfume de los tomates, para impregnarme de ese pequeño yo pasado, que solo lloraba cuando no le dejaban ver la televisión, y no siempre, que se metía en la piscina imaginando otros mundos, imaginando que cuando fuera mayor sería una escritora famosa, o una pianista, o una pintora, o una astrónoma, y que los libros de historia, como aquel tan gordo que le regalaron los yayos para su sexto cumpleaños y que tanto le gustaba, algún día hablarían de ella.
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*Si algún día escribo un libro sobre mi experiencia inglesa, como se me ha sugerido, creo que se llamará así. Agradezco a Luis el título.

jueves, 17 de junio de 2010

Un poco de humor ingles

From: itsupport@
To: users@
Date:Thu, 17 Jun 2010 12:35:49 +0100
Subject:Re: Network problem at ....Building

Users please note that network communications, via email or telephone, to The ... Building will be down until Monday morning at the earliest.
The fault, reported earlier this morning, has been diagnosed by UCS Network Support. Sorry to use technical jargon here but the fault report reads as follows. 'A cow has eaten through a section of the network fibre'. We will keep you posted on progress with the repair. We understand that the cow is fine and will, hopefully, not be 'online' again.
Kind Regards

Date:Thu, 17 Jun 2010 13:07:08 +0100
Subject:.....network fault....No more responses please

Thanks to users for their amusing responses and concern for the cow involved in the incident.All is well.. please see attached. No more emails please.
Kind Regards

If I can't get a connection I'll eat the cable

sábado, 5 de junio de 2010

Carmen vuelve a casa

Y venga a marear la perdiz, y venga a tomar decisiones con impulsividad y alevosía y sin tener en cuenta el futuro. Dieciocho meses, ese era el objetivo, 18. Cuando llegué, me engañé a mí misma diciéndome que tras los primeros seis la cosa mejoraría. Luego seguí la regla del año de mi amiga irlandesa que lleva más de 22 rodando por el mundo y, digo yo, sabrá de qué habla. Luego me volví a intentar convencer de que una vez llegado hasta aquí, podía aguantar un poquito más y acabar el supermegaartículo que se está gestando, parece que por una elefanta. Pero hasta aquí hemos llegado. No serán 18, serán 19, pero Carmen, rebozada por la lluvia y frita por las circunstancias, no da más de sí. En los últimos meses se nos ha embozado la fosa séptica, se me ha reventado la rueda de la bici, congelado los frenos repetidamente, me han picado los bedbugs, se nos ha roto el horno y la nevera y encima en la última visita a la peluquería, que ha de ser en Burjassot de toda la vida porque de las peluqueras inglesas no me fío, me han dejado flequillo de vasca.
Carmen lo siente, pero no da más de sí. No arriesgo salud física y mental por ser primera firmante o segunda de un artículo que no va a cambiar el mundo. Lástima que me pierda conocer a nuestra nueva estudiante, que llegará en octubre, una de esas savants eeuuenses que se saltan cursos y empiezan la universidad a los 14. Hasta en eso no soy Cambridge, demasiado cerebro me da cosa. Ya me di cuenta por enésima vez cuando me puse la toga en la cena formal con el Hombre Feliz de que esto no es para mí. Por primera vez en mi vida, entre fight o flight, elijo lo segundo. O mejor, por primera vez en mi vida, entre el corazón y la cabeza, elijo lo primero. Esperemos que el karma me siga acompañando.
Buenas noches, y buena suerte...

sábado, 8 de mayo de 2010

Si supieras...

¡Si tú supieras que ese
gran sollozo que estrechas
en tus brazos, que esa
lágrima que tú secas
besándola,
vienen de ti, son tú,
dolor de ti hecho lágrimas
mías, sollozos míos!
Entonces
ya no preguntarías
al pasado, a los cielos,
a la frente, a las cartas,
qué tengo, por qué sufro.
Y toda silenciosa,
con ese gran silencio
de la luz y el saber,
me besarías más,
y desoladamente.
Con la desolación
del que no tiene al lado
otro ser, un dolor
ajeno; del que está
solo ya con su pena.

Pedro Salinas

martes, 4 de mayo de 2010

Carmen alla Bolognese


Bologna, la rossa. Tanto por el color de sus paredes como por su tradición comunista. Puede dar la sensación de ser roja, pero en realidad es anaranjada, granate, cereza, sanguinolenta, dorada, fucsia...esta falta de uniformidad le proporciona una belleza comparable a la romana.
Pese a personajes como el de la foto, las gentes aún creen que altro mondo è possibile. Lástima que yo casi haya perdido esa esperanza, y me tenga que conformar con un caramelo de vez en cuando, o un helado de fresa y limón en via Castiglione, o de una simple ensalada de tomate y olivas negras y unos spaghetti al pesto.





Carmen alla Fiorentina



Di por finalizada la crisis de los 30 mi última noche con 29: el jueves 29 de abril, a medianoche, sobre el Ponte Vecchio, nos paramos a escuchar a un cantante callejero que improvisaba al paso de los transeúntes, deseándonos a todos las buenas noches. No puedo recordar exactamente cuales fueron sus palabras, pero vinieron a decir buona notte a quelli che ci sono accorti che bisogna iniziare a vivere y luego alguna cazzata sobre las alas de una farfalla.
Empezar a vivir, dejar que la felicidad sea un panino de melanzana e mozzarella al sol, que cierto que estar en Firenze ayuda, pero por favor no lo olvidemos cuando llueva.

domingo, 25 de abril de 2010

Moscas, Peces y Palomas

Pero no todo ha sido volcán.

En este congreso me he enterado de que las palomas, cuando picotean el suelo a la búsqueda de semillas, cierran los ojos.
De que, contradiciendo una idea muy extendida, unos exhaustivos experimentos llevados a cabo en Pisa mostraron que palomas anósmicas (con los nervios olfativos seccionados) se perdían mucho más que palomas a las que se les eliminaba la magnetorrecepción.

De que las carpas y los titís se comportan de manera similar en cuanto a la extinción por cambio de contexto de un condicionamiento aversivo discriminativo (¡toma ya!).

De que las moscas Drosophila melanogaster, que necesitan una dieta variada, son más espabiladas que sus primas D. sechellia especialistas en comer una y sólo una fruta podrida. La necesidad de buscarte la vida hace que se desarrolle tu capacidad de aprendizaje.

(Como veis, este congreso nos ha proporcionado algunas respuestas adicionales a la pregunta de hace unos días).

El chino y el caballo

No, tranquilos, no os voy a aburrir con la historia que seguramente habréis leído más de una vez en alguno de esos e-mails en cadena.
Os aburriré con la mía propia.
Cuando el jueves pasado el volcán al que el gato de Natalia puso el nombre entró en erupción yo todavía no podía hacer valoraciones sobre sus efectos en mí (dejaremos de lado el caos aéreo europeo, ya habréis notado que para mí misma soy el ombligo del mundo). De acuerdo con mis tendencias innatas, me acordé de Murphy olvidando al chino y, en lugar de hacer como el último y decir "Ya veremos si esto es bueno o malo", me lancé a la desesperación. Me cancelaron el vuelo original del miércoles, y pensé: Malo. Pude cambiarlo para el jueves, y pensé: Bueno. Me cancelaron el vuelo del jueves y pensé: Imposible. Me descancelaron el vuelo del jueves (el miércoles a mediodía) y pensé: Yuju! Mi jefa se descolgó con que no quería quedarse atrapada en el continente (no es necesario decir por qué) y pensé: Horror. Su conferencia quedó huérfana, y con 3 de los 4 conferenciantes de la sesión de Cognición fuera de juego, era necesario rellenar su hueco.
Así que al final el volcán no solo no me impidió llegar al congreso, sino que me regaló mi primera conferencia invitada (ejem). Amén de una nueva receta de smoothies para los desayunos en el aeropuerto a las 5 de la mañana y con la nube de ceniza volcánica plácidamente viajando hacia Canadá.

sábado, 17 de abril de 2010

Volcanes y paellas

¿Y será posible que por culpa del Eyjafjallajökull (vaya usted a saber qué significará ese nombre) me vaya a quedar atrapada en esta isla sin poder volar al congreso que mis añorados ex-jefes llevan meses organizando?
No sólo eso, ¿será posible que el tráfico aéreo no se normalice en las próximas dos semanas, y tenga que celebrar mi 30 cumpleaños en esta isla?
Y ni siquiera sólo eso: al parecer, la última vez que las cenizas de un volcán islandés llegaron a Europa, estalló la revolución francesa.

Imposible creer que existen volcanes escupiendo lava (como dice una amiga en el feisbuc, el mundo se queja) hoy en el jardín del Edén, enseñando cómo hacer una auténtica paella valenciana a un gaditano y un japonés, ni una sóla nube en un cielo azulísimo, temperaturas veraniegas (para estas latitudes) y cervecita y olivas incluidas. (Casi imposible imaginar que en Valencia está lloviendo y hay un grado menos que aquí.)

Qué extraño es el mundo, casi todo el tiempo.

viernes, 16 de abril de 2010

Apocalítico

Lo que hace no tener tele, y lo que hace haber perdido un poco el norte desde que estoy por el ídem: observo todos los pifostios que ocurren a mi alrededor desde la ventanita de mi portátil cuando leo el periódico brevemente mientras desayuno como si no fueran conmigo.

Pero sigo siendo consciente de que hay algo que va terriblemente mal en el mundo: está lleno de curaspederastas (no os vayais a pensar, no es que les gusten los niños porque sean unos depravados hijosdeputababilónica, es que son gays infiltrados), de falangespañola poniendo querellas a juecesestrella, de belenesestebanes y de aberraciones de la naturaleza en general.

Me entero, además de porque se ha estampado un avión con media cúpula político-militar polaca dentro, por mi compañero de dicha nacionalidad, de cómo se cargaron en el a 40 a 22.000 compatriotas suyos con el clásico tiro en la nuca, así, con diplomacia soviética. (Ya me había comentado antes algunas cosas más prosaicas sobre la vida en su país hace no tanto tiempo, como las cartillas de racionamiento: medio kilo de azúcar o medio litro de vodka al mes, un par de zapatos cada seis meses y colas para conseguir plátanos, bien de lujo.)
Y ahora que polacos y rusos quieren hacer las paces, porque evidentemente durante el comunismo el asunto estaba bien escondido, cualquiera diría que la mala sombra estalinista salió en forma de niebla y a tomar por saco los primeros. Claro que una cosa así es fácil que se salga de madre, y ahora en un brote de orgullo nacionalhistérico al señor presidente de nombre impronunciable lo van a enterrar en Krakow junto a todos los reyes del pasado polaco. Mi compañero ya ha descolgado la bandera de su ventana.
(No ha faltado quien compare las fosas de Katyn con las del franquismo. Ya sabemos que por regla general, al final los cerdos y los hombres son imposibles de diferenciar).*

Pero es que, repito, cómo está el mundo. No sé cuantas señales más veremos antes de empezar a oir las trompetas: que si revienta un volcán que estaba callado desde hacía 200 años (¡ay, que me quedo encerrada en esta isla!), que si un meteorito gigantesco surca el cielo...
Yo de Dawkins me quedaría quietecita, no vaya a ser que la venida del anticristo esté más cerca de lo que pensamos y la vayamos a liar...
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*Vease Animal Farm, de George Orwell

martes, 6 de abril de 2010

BST (again)


De nuevo British Summer Time.
Por todas partes brotan florecillas, babosas y ranas: este año tengo cinco daffodils en mi jardín, como cinco cíclopes amarillos y un tanto pachuchos, y la otra noche el Hombre Feliz y yo nos dedicamos a ayudar a cruzar a los batracios por el carril bici (claro que luego pensamos que en realidad no les habíamos preguntado a qué lado querían ir).
Comienza el sexto trimestre en Cambridge. Todo quiere doler menos. Pero, como me dijo un amigo el otro día, no es más que por culpa del callo.

Dr Carmen y el Hombre Feliz se van de Formal Dinner con Darwin

miércoles, 17 de marzo de 2010

Del montón

Me tomo la licencia de tomar prestada (ahora el robo se llama así) una entrada de una compañera de fatigas, cuyos blogs (ambos, A y B) me permito recomendar.

Soy la que soy,
casualidad inconcebible
como todas las casualidades.

Otros antepasados
podrían haber sido los míos
y yo habría abandonado
otro nido,
o me habría arrastrado cubierta de escamas
de debajo de algún árbol.

En el vestuario de la naturaleza
hay muchos trajes.

Traje de araña, de gaviota, de ratón de monte.
Cada uno, como hecho a medida,
se lleva dócilmente
hasta que se hace tiras.

Yo tampoco he elegido,
pero no me quejo.

Pude haber sido alguien
mucho menos personal.
Parte de un banco de peces, de un hormiguero, de un enjambre,
partícula del paisaje sacudido por el viento.

Alguien mucho menos feliz
criado para un abrigo de pieles
o para una mesa navideña,
algo que se mueve bajo un cristal de microscopio.

Árbol clavado en la tierra,
al que se aproxima un incendio.
Hierba arrollada
por el correr de incomprensibles sucesos.
Un tipo de mala estrella
que para algunos brilla.

¿Y si despertara miedo en la gente,
o solo asco,
o sólo compasión?

¿Y si hubiera nacido no en la tribu debida
y se cerraran ante mí los caminos?

El destino hasta ahora ,
ha sido benévolo conmigo.

Pudo no haberme sido dado
recordar buenos momentos.
Se me pudo haber privado
de la tendencia a comparar.

Pude haber sido yo misma, pero sin que me sorprendiera,
lo que habría significado
ser alguien totalmente diferente.


Wisława Szymborska (Premio Nobel de Literatura 1996: tan del montón no será la buena mujer. Qué recomendable mantener el contacto firme con la tierra. Y qué reconfortante saber que somos un evento extraordinario, pese a nadar en un mar de sucesos igualmente extraordinarios, y que la verdadera maravilla está dentro de nosotros.)

jueves, 11 de marzo de 2010

Emotion

Emoción: Un sentimiento fuerte, como el amor o la ira, o sentimientos fuertes en general. Cambridge dictionary on line

Las
emociones son reacciones biorreguladoras que tienen como objetivo promover estados fisiológicos que aseguren la supervivencia y el bienestar, constituídas por patrones de respuesta neural que el cerebro produce cuando detecta la presencia de un estímulo emocionalmente competente (...) Sentimiento es la percepción de un estado emocional. Antonio Damasio


Las respuestas
emocionales tienen lugar cuando nos defendemos del peligro, interaccionamos con un compañero sexual, luchamos contra un enemigo o comemos algo sabroso (...) Promueven la supervivencia de los individuos y su especie. En contra de la creencia popular, los sentimientos conscientes no son necesarios para provocar respuestas emocionales, que, como los procesos cognitivos, implican mecanismos de procesado inconsciente. Joseph LeDoux

Cuando nos ocurre algo desagradable en la vida, no necesariamente debemos darnos a las drogas, como la señorita del cuadro de Degas*. Existen mecanismos psicológicos gracias a los cuales podemos regular nuestras emociones: la re-evaluación cognitiva del evento emocional, la recuperación activa de la experiencia emocional y la capacidad de alterar flexiblemente nuestro comportamiento de acuerdo con las nuevas condiciones que nos rodean. Es en este último proceso es en el que nos vamos a centrar.

Así empecé mi charlita en un congreso el pasado septiembre. Así voy a empezar mi charla del martes que viene, la primera vez que voy a hablar en público en Cambridge fuera del aislamiento de las habitaciones anejas a yellow walls. A estas alturas, soy una experta (ejem) en los mecanismos neurobiológicos que subyacen la regulación emocional. Ver para creer.

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*Qué raro, no lleva tutú...Pero de mi animadversión por las bailarinas degasianas hablaré otro día.

domingo, 7 de marzo de 2010

Netsuke

Los kimonos no tienen bolsillos, sino una especie de petaca que cuelga del cinturón. Los nestukes sirven para enganchar esta petaca, es decir, no son más que botones. Y sin embargo, cada uno es una obra maestra.
Es necesario aprender a encontrar estas minúsculas alegrías.

viernes, 5 de marzo de 2010

¿Por qué estamos en ciencia?

En la Universidad de Cambridge deberías encontrarte la respuesta a esta pregunta.
El Hombre Feliz, siempre ávido de conocimiento, hizo instalar una pizarra en yellow walls para que pudiese darle clase. Es un incansable lector de papers, y a pesar de todo lo que sabe ya, siempre se ve empequeñecido y se lamenta de que debe, es necesario, leer más.
Sin embargo, según el polaco, no tiene sentido empezar una carrera científica si en cierto punto no publicas un paper en Science o Nature (no es bastante con que los de tu colegio polaco contacten contigo porque quieran poner tu nombre en el panel de alumnos ilustres, eso no lo ve el mundo). Entonces ya puedes dejar este aburrimiento de lado e irte a, pongamos, pescar.
Para mi jefa, que no es demasiado expansiva, la ciencia (y más concretamente, el cortex orbitofrontal) parece su misión en la vida.

Pero, por supuesto, la respuesta ya estaba en casa: mi other half es más sensato (como siempre) y más sabio, me recuerda que de algo hay que vivir.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Estadísticas

Me duermo como una ceporra. Y mira que he cambiado la musiquita de la alarma para evitar el condicionamiento. Despierto con las pestañas entrelazadas, la boca pastosa y muerta de hambre, como siempre. Hasta que no me trago la tostada y el vaso de leche, me libero de los restos no digeridos del día anterior y me meto debajo del chorro de la ducha, no soy persona. Y debo padecer un pelín de OCD, porque como no cumpla como un reloj el ritual establecido, tampoco soy persona por el resto del día. Y dormirme me descuadra el ritual. Y abrir el periódico on-line y encontrarme con uno de esos estudios con que nos obsequia el instituto nacional de estadística de vez en cuando, aún más.

Cito: En el año 2008 se produjeron en España 386.324 defunciones (...) Ante el descenso de la mortalidad en accidentes de tráfico el suicidio se situó en 2008 como la primera causa externa de defunción, con 3.421 personas fallecidas, cifra similar a la de 2007. Por sexo, la mortalidad por suicidio fue mayoritariamente masculina (el 22,6% fueron mujeres).
Fuente, pincha aquí.

Reflexiono una vez más sobre la condición humana, lo cual es peligroso cuando vas en bicicleta oyendo la BBC RadioCambridgeshire, por mucho que los conductores de autobús ingleses aspiren algo menos a atropellarte que los españoles. Primero, parece que morimos poco. Somos 45 millones de españoles, pizca más o menos, y menos de un 1% se muere cada año. Principalmente de enfermedades cardiovasculares, aunque como ya comentamos anteriormente, nuestros corazones son unos campeones. Luego, el mundo moderno nos obliga, cada vez más, a quitarnos de en medio. Los japoneses, como nos llevan algunos años de adelanto, y como son budistas, sintoístas y lo que salga, según me ha explicado el Hombre Feliz, consideran el suicidio como una solución válida, y muchas veces como la única honorable. Aunque el hara kiri, o seppuku (que significan lo mismo, literalmente "cortar el vientre", solo que el primero es en chino y el segundo en japonés) ya no está de moda (quizá porque necesitas una habilidad especial para abrirte en canal de la manera precisa para que nada se desborde y caigas hacia delante graciosamente, habilidad que por razones obvias no se puede practicar, y porque necesitas además que un amigo cercano te corte la cabeza). Pienso en cómo abordar el tema en el blog.

Llego a casa, como siempre a rastras, y por casualidad me encuentro con este verso de un tal Aris Alexandru: Paciencia. Cuajará la lágrima, se convertirá en isla. Quiero saber más, gugleo, y me topo con un blog que lo cita, de un padre que perdió a su hijo de 21 años, precisamente en 2008, y para más casualidad, el día en que yo cumplía los 28. Me doy cuenta de que, mientras esa familia afrontaba una de las peores situaciones que nos puede deparar la vida, yo finiquitaba mi tesis doctoral y buscaba un lugar extranjero en el que exiliarme para crecer como científica o para demostrarme a mi misma hasta donde podía llegar, o porque se suponía que era la única salida. Ya no me acuerdo, las razones se me han ido resbalando, confundiendo, qué sé yo. Casi dos años después, el padre de aquel chaval, que tristemente debe ser un número en las estadísticas que he leído esta mañana, sigue escribiendo en el blog, todo ternura, entereza y vida. Admirable. Y yo me arrastro con mi bicicleta por Cambridge, con un contrato de investigadora en la segunda mejor universidad del mundo, como si la más grande de las desgracias pesara sobre mí, y sigo escribiendo en el blog, toda cinismo, desesperación y desengaño. Imperdonable.

domingo, 28 de febrero de 2010

La decapitación de Holofernes

Artemisia Gentileschi (1593-1653) aprendió a pintar en el taller de su padre, al mismo tiempo que sus hermanos, y según parece con más talento. Siendo una mujer, le era imposible asistir a ninguna escuela, por lo que su padre pidió a un amigo, un tal Tassi, que fuese su profesor. Debía enseñarle perspectiva, pero la violó en 1611. Y continuó violándola repetidamente, bajo promesa de matrimonio, imposible de cumplir, puesto que ya estaba casado (Y pasándolo en grande violando, además, a su cuñada). Cuando Orazio Gentileschi se enteró del asunto (no de la violación, sino de que el honor de su familia no iba a ser reparado con un matrimonio) lo denunció. Durante el juicio, se sometió a tortura a la propia Artemisia, dislocándole los dedos de las manos. Método de tortura especialmente adecuado para una pintora, se diría. Quizá porque, tratándose de una mujer, y sabiendo lo proclives que son las mujeres a mentir, era la víctima la que debía padecer la tortura. Si comparamos la decapitación de Holofernes de Caravaggio y la de Gentileschi, enseguida nos damos cuenta de las profundas diferencias entre ambas. Mientras Judit Merisi tuerce el gesto aprensiva y se aparta de la sangre, Judit Gentileschi se abalanza sobre su presa y sierra la cabeza con toda su fuerza. Que será poca, porque al fin y al cabo la fuerza bruta no es la característica más sobresaliente de las mujeres. Menos mal que tenemos otras virtudes que nos permiten seguir adelante.

lunes, 22 de febrero de 2010

La arruga

Todos los de mi quinta con la misma historia: imagino que es cosa de la treintena empezar a buscarse los pliegues y las canas para corroborar que, aunque parezca increíble, ya no somos niños. Asunto especialmente grave para aquellos que, como yo, nunca han dejado la universidad para enfrentarse al mundo real. Pero nadie nos libra de enfrentarnos al espejo y que una pata de gallo incipiente nos salude junto con la legaña mañanera. La legaña se quita, la pata de gallo permanece. Y también la apatía absurda que nos invade (me decía el otro día una amiga que iba a intentar aplicarse algo así como change your chip, move your cheeks, espero que lo esté consiguiendo).
En mi caso, aunque canas no me han salido aún (que yo haya visto, claro) es bajar del avión en Stansted y acentuarse las dos arrugas verticales de mi entrecejo, y, a falta de grandes patas de gallo, aplastárseme la cresta cual gallina escaldada con cuatro pelos. (Es bajar del avión en Valencia, empezar a darme el aire y el sol mediterráneos, y alisárseme la frente y rizárseme la escasa melena, ¡increíble pero cierto!)

Entonces, como sé que el Hombre Feliz es más sabio que yo, y siempre me da sabios consejos, le pregunto si acaso ellos tienen algún rite of passage para los 30. No, los japoneses viven más que nosotros, y para ellos los 30 no son más que la edad en la que estás más ocupado y activo (壮室). Los 40 ya son otra cosa: la confusión empieza a desvanecerse (不惑). A los 50 empiezas a atisbar el sentido de tu existencia en este mundo (艾年). Y a los 60 vuelves a nacer, porque vuelves a vivir el año de tu animal y tu elemento (耳順).

Así que hagamos caso al Hombre Feliz y dejemos de darle vueltas al asunto: aún nos quedan nuestros buenos 20 años para empezar a comprender de qué va todo esto, para qué gastarse antes... Espero que el 2040 el Mono de Metal me encuentre con salud.

martes, 16 de febrero de 2010

Feliz año nuevo

Cuando hubimos acabado de cenar, Juan se sentó en la cabecera de la mesa con su cigarrillo apagado. Nos habló de la lubina que nos había preparado, de cómo las celebraciones del año nuevo en su país pueden durar semanas (porque vas a casa de tu hermano, y tu hermana, y tu hijo, y tu suegra, y tu...), y de cómo él no lo había celebrado desde hacía unos cuarenta años. Primero, porque durante la guerra fue capitán de la fuerza aérea vietnamita en Hanoi. Luego, porque se vino a España. Treinta años en España. Sirviendo rollitos y explicando primorosamente con qué salsa deben acompañarse.

Yo llevo poco más de un año en Inglaterra.

Juan se ríe con ganas. "Eso no es más que un sueño, te vas a dormir, y zas, otro año."

Feliz año del Tigre.

domingo, 7 de febrero de 2010

Día de mierda (II)

El doctor Desagüe, o ingeniero de la mierda, ha llegado más que puntual, a las 8:13 de la mañana, con un palo bueno, una paleta y un cubo, y en 40 minutillos de plof plof chof rac rac nos ha desatascado las cañerías y nos ha dejado el jardín del edén como nuevo.

Ahí estábamos todos mirando al pobre hombre exhalar vaho en la helada mañana, y planteándonos si existe un trabajo más desagradecido que el que exige levantarte un domingo a las 7 de la para ir a remover la mierda de otros. Enseguida nos hemos acordado del insigne pocero de Seseña, y nos hemos dado cuenta de que el pobre hombre no es que sea un especulador y un ladrón, es que seguro que pensó que la vida le debía una compensación después de haber pasado un tiempo vaciando alcantarillas.

La normalidad vuelve a casa, y nuestras tripas ya están reclamando un buen desayuno para recuperarnos del trago.

sábado, 6 de febrero de 2010

Día de mierda

De izquierda a derecha, la serpiente, el árbol de la ciencia, Adán y Eva se desesperan al pensar que el Dr Drain no llega hasta mañana a las 8:30, de manera que nada de aguas mayores hasta que el buen hombre (en adelante, el ingeniero de la mierda) desatasque la fosa séptica que nos ha llenado el jardín del Edén de ídem....
Pero lo bien que se lo han pasado los pichas revolviendo todo lo removible en el jardín con una escoba tapándose la nariz con la bata y haciendo chistes sobre mierda, que es lo que más nos gusta a los españoles, no tiene precio.

miércoles, 20 de enero de 2010

Sobre el amor

Hace unos días, mis queridos y añorados directores de tesis recibieron un e-mail de un señor de Florida al que no nombraré por no darle publicidad (si os interesa, ya os lo mando por e-mail). Este buen hombre, al parecer, ha estado investigando a fondo qué son las feromonas y para qué sirven, y gestando un pedazo de libro de 340 páginas, nada más y nada menos, que se puede comprar en amazon por un dólar, pero que por si acaso nadie repara en semejante ganga, ya se encarga el tío, que es autor, editor y jefe de prensa, de enviarlo gratis a los mayores expertos en el campo. Porque el buen hombre ha encontrado en sus desvelos la cura para casi todo lo malo en las feromonas, y ese descubrimiento, mal que le pese al gobierno, debe compartirlo con el mundo.
Mientras ojeaba el infame panfleto, no sabía si reírme o asustarme. Resulta que vivimos en un mundo pervertido por los sistemas de ventilación, que no dejan que las feromonas cumplan su función de mantener la felicidad y la armonía entre la población. Resulta que el buen hombre ha encontrado la solución: se le rasca la nariz a un buen padre de familia, sano y varonil (e imagino que cristiano, porque Cristo fue el primer visionario que entendió el supremo poder feromonal, y por ello instauró la eucaristía: para repartir feromonas) y se mete la roña en un chicle. Este chicle se le da a cualquiera que necesite ayuda: un terrorista islámico, un enfermo de Alzheimer, un enfermo de SIDA, un enfermo de esclerosis múltiple, un asesino a sueldo o incluso el peor de todos los criminales, un homosexual. Y se cura. Así de simple. Este buen hombre ya ha hecho algunos ensayos piloto en su pueblo, allá en Florida, donde imagino que debe haber todo tipo de personajes, y asegura que los índices de criminalidad estan bajando drásticamente. Pero como todo visionario, el pobre hombre es un incomprendido, y por lo tanto advierte al querido lector que los poderes fácticos harán todo lo posible por oscurecer el mayor descubrimiento de la Humanidad en siglos. Porque claro, a los que mandan no les interesa que todos tengamos tres doctorados, como en Star Trek, y la capacidad de construir naves espaciales para vivir felizmente en territorios marcianos (sí, esto lo pone en el epílogo del libro).
Un escalofrío recorre mi espina dorsal al imaginarme que quizá este señor sea un padre de familia que ha pasado los últimos diez años leyendo cientos de artículos serios, tres de los cuales son nuestro grupo de investigación, rascándose la nariz y dándole a sus propios hijos chicle con moco de varón saludable para probar que se portaban mejor. Uno de esos fanáticos que quizá un día decida que como lo de mandar e-mails a los científicos de verdad no funciona, se arme con una escopeta, secuestre un edificio de oficinas, y obligue a sus empleados a masticar el chicle milagroso. Vaya usted a saber.
Sólo tuve fuerzas para leer parte de las conclusiones y la introducción. El primer ejemplo de mal comportamiento que pone es el de la adolescente que se va de casa. Con una sola dosis de chicle se cura. Entonces pienso en mis vecinas inglesas, que, como se puede observar en las fotos adjuntas, extraídas de un artículo de un periódico nacional, no se curan de su estupidez ni con un lametón a la nariz del mejor varón sano del condado.
Ah, el libro se titula "Sobre el amor".

lunes, 18 de enero de 2010

Estrés

...y ha ocurrido.

Acabo de volver del dentista con un diagnóstico de estrés bajo el brazo.

Dice que lo que me pasa es Physiology, Development y un poco de Neuroscience (se ha equivocado en el orden)

Tengo los músculos faciales como piedras.

Y, sin embargo, me sigue dando la risa. Eso es buena señal.

sábado, 16 de enero de 2010

Sausages and mash

Mira que me habré quejado veces de esos guiris que pueblan las costas mediterráneas y ni siquiera se molestan en aprender el idioma, y yo me he comportado pizca más o menos igual, excepto por la cuestión lingüística. Es por ello que con éxito irregular he iniciado una campaña de integración, que espero colabore a mi bienestar anímico. Así pues, en lugar de a los Pixies me pongo la BBC Cambridgeshire por las mañanas cuando me desplazo a horas intempestivas a lomos de mi bici (en otra ocasión os contaré acerca de su precario estado de salud) hacia mi trabajo secreto. También me he propuesto aprender a cocinar algunos platos típicos, tarea, por cierto, no demasiado ardua, como podéis imaginar. En la foto se observa el mayor logro de la cocina típica de pub. Si no el mayor, uno de los cuatro que se pueden comer en un pub, junto con el fish and chips, el roast beef y la burger with relish.
El mayor misterio lo posee la salsa, que se prepara con cebolla (sustituida en la foto por pimientos, porque en esta casa, ghetto español donde los haya, vivimos como vulgares estudiantes demasiado crecidos, y demasiadas veces nos quedamos sin alimentos básicos), caldo de carne en avecrem y vino blanco.
Con lo fácil que son las cenas tradicionales aquí, y cuantas veces cenamos sopa de sobre...

jueves, 14 de enero de 2010

Over the rainbow

De nuevo en mis dos metros cuadrados, de nuevo in yellow walls, pero cargada de nuevos propósitos para el año nuevo. En especial uno, que implica todos los demás: sonreír.
Pienso que soy un poco como Dorothy en el país de Oz, monos voladores incluídos. He de confesar que cuando vi la película de pequeña me pareció una mamonada. Reina, tienes un camino de baldosas amarillas que seguir, una bruja verde, unos zapatos rojos, un espantapájaros y un león dorados, un hombre de hojalata plateado (todos ellos, como no, bastante cursis) para pasar el rato, y decides que no, que a ti lo que te va es el blanco y negro de Kansas y ayudar a tus tíos en la granja. Luego he comprendido que en la granja se está bien, y que los coloringos cansan. Lo cual, pienso ahora, no quita para que mientras estés en el país de Oz te pases la vida cantando mientras planeas el asesinato de la pobre bruja. Qué hubiera sido de la película si la niña hubiese ido arrastrándose como una plañidera por el camino de baldosas amarillas hasta decidir volver a casa...
Así que estoy sonriendo. Hay apuestas para ver cuando me dura, me han sugerido que me saldrá una úlcera; pero yo, erre que erre, me he comprado pintauñas de muchos colores por si acaso en algún momento se me olvida mi propósito.