Desafortunadamente, esta vez no hemos podido celebrar el año nuevo con Juan el vietnamita. Pero por fin acabó el convulso año del Tigre y damos la bienvenida al primoroso y pacífico Conejo. Animal que, además de simpático y sabroso al ajillo, da nombre a una fantástica estrategia baloncestística popularizada por el inefable Manel Comas llamada, como no, La Táctica del Conejo.
Cuando os enfrentéis a un enemigo mayor, recomiendo adoptarla: hacedle creer siempre que os lleva ventaja, aunque no tanta como para que os esté machacando (pongamos alrededor de diez puntos): ahorraréis fuerzas para, cuando el partido esté a punto de terminar, zasca, sacar vuestras armas secretas (¿quien no tiene preparada una defensa zonal y se reserva a un tirador con un 75% de acierto just in case?) y acabar ganando. Aunque sea por un puntito. It's Conejo's time...
(En otro orden de cosas, y mientras me acuerdo de los conejos, me como un kebab moderno e intento mantenerme despierta para convertirme en experta en Alzheimer con dos cojones y una cerveza, las noticias de la uno me informan de que la Merkel está exhultante de alegría con ZP y que vente pa alemania ingeniero Pepe. Y reflexiono: nuestro estado nos forma, es decir, invierte dinero en universidades públicas, en becas, en etcétera. Y luego nos envía, una vez hemos consumido los escasos recursos de los que disponemos en esta península llena de sol, de jamón y de buena vida, a generar riqueza a las empresas alemanas. Ole nuestros huev...este...que jrandes semos...)
eso mismo llevo pensando yo varios días (desde que leí el reportaje de "vente pa alemania ingeniero Pepe" en el pais.. bueno, siempre que el papa me deja...
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