jueves, 12 de abril de 2012

Delito de resistencia pacífica

Tengo abandonado el blog. Pero escribo, escribo y escribo sin parar. Solo que no aquí, sino aquí o aquí. De repente voy con la bicicleta y me revienta una frase en la cabeza, y ahí está dando vueltas, esperando a que la encaje en un relato.
Y mientras tanto, el mundo como lo conocemos, o como nos han hecho creer que era, se desmonta. La máscara del estado de bienestar se pudre, se cae a trozos y vemos su verdadera cara. Hoy nos dicen que la resistencia pacífica constituirá un delito, que hay que robustecer la autoridad legítima de quien legítimamente tiene la exclusividad del uso de la fuerza (porque esta gentuza no sabe hablar sin caer en redundancias y demagogias). Es más, habrá que tener en cuenta que la gente igual va y vive más de lo previsto, y esto es insostenible. Los de arriba quieren sangre, y lo peor es que no sabemos muy bien quienes son. O están acojonados, porque si el chiringuito se desmonta, no van a quedar yates y putas para todos. Pero lo que más me cabrea no es que salgan los que, aparentemente, tienen el poder, o son títeres del poder (¿y qué poder será ese?) a reclamar ajustes porque hemos vivido por encima de nuestras posibilidades (¿quienes?). Lo que me cabrea es que ya no nos acordamos de que hace un mes escaso a los críos de 15 años los arrastraban de los pelos por Valencia, o peor, justificamos esas cargas porque algo estarían haciendo. Lo que me subleva es que el desgraciado al que su jefe le echaría a la calle si hiciese huelga no le entran ganas de mandar a su jefe a tomar por culo, sino que la emprende con los sindicatos y se enorgullece de clamar a los cuatro vientos que tiene derecho a trabajar. Lo que me asquea es que la gente les siga el juego a los de arriba y se horrorice cuando dos mindundis queman un puto contenedor, pero no cuando un ertzaina le revienta la cabeza a un chaval que pasaba por allí. Estuviera haciendo lo que estuviera haciendo. Pero claro, es que tienen la potestad del uso de la fuerza. Y si hace falta meternos en la cárcel, se nos mete. Y si hace falta matarnos, se nos mata. A ver qué nos habíamos pensado. Lo que no soporto es que la gente parezca necesitar mano dura por parte de papá estado. No puedo entender que a una dictadura lo llamen democracia, si no hace falta mentir: la mayoría de la gente aceptaría la realidad sin rechistar con que le dijeras que es por su bien. Lo que me no puedo aguantar, en resumen, es la naturaleza humana. Así que yo me rindo. Cierro el chiringuito de las protestas y de la conciencia social. Yo a mis uñas y que os den por el saco a todos, porque no os merecéis otra cosa. Y quizá yo tampoco. (Espero no estar animando a perpetrar actos vandálicos por internet, porque la pena serán dos años en breve, y en otro momento de mi vida quizá un retiro espiritual no me vendría mal, pero ahora precisamente estoy bastante satisfecha con mi pequeña vida). Buenas noches y buena suerte.

2 comentarios:

  1. Me pregunto en qué medio de comunicación estarían dispuestos a publicar esto. Sería fantástico que tus posts llegaran a más gente para que tuvieran la oportunidad de darle un par de vueltas (o un par más) a tus reflexiones. Por mí también les podían dar por el saco a unos cuantos.
    Menos mal que de momento nos queda el consuelo de estar satisfechas con nuestra pequeña vida, y que en el fondo, algunos no nos rendimos del todo en lo personal, aunque ello, lamentablemente, no derive en grandes soluciones a grandes problemas.

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  2. Uf, peliagudo lo de los medios. Yo cada vez me desconecto más, la tele de mi casa está apagada siempre, y de los periódicos me leo los titulares (porque se me llevan los demonios cada vez que leo faltas de ortografía (leer hoy hendogamia en una noticia de El País sobre la señora que conducirá la reforma universitaria no tiene precio) y argumentos peregrinos en los cuerpos de las noticias) de El País y El Mundo, que tradicionalmente se sitúan en los extremos de la realidad, y me horrorizo porque incluso la media da bastante miedo. La cuestión es que nos han hecho creer que íbamos a llegar a algún sitio y cuando se han puesto duras nos han jodido a todos por todas partes. Creo que el nuevo gobierno pensaba que recortando un poquito de aquí y un poquito de allá "los mercados" o "la Merkel" nos iban a dar una tregua, pero ahora se están dando cuenta de que no va a ser así. Parece que haya mentes pensantes que no estén de acuerdo con que ciertos países periféricos pretendan tener niveles de vida que históricamente no les pertenecen, de algún sitio hay que sacar mano de obra barata. Y a eso, le sumamos que vivimos en una simiocracia (http://www.youtube.com/watch?v=TfRSfF296js) [aunque los simios se gobiernas mejor que nosostros] y estamos listos. Es dramático que se carguen la educación y la investigación como lo llevan haciendo desde hace años, pero yo ya me rindo, y si este tiene que ser el país de poner cañitas a los ingleses y alemanes, de eurovegas (que paso de meterme porque me salen culebras por la boca), del tonto de los trajes, del listo de los EREs, y de la madre que los parió a todos, pues lo dicho, que les den por el saco a ellos y a los que se dejan. Vamos a preocuparnos de nosotros, de nuestros amigos, de nuestra familia, y vamos a intentar que no nos jodan más nuestras pequeñas vidas.

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