miércoles, 15 de diciembre de 2010

2010: Epílogo

Si por estas fechas el año pasado recopilaba todo lo que no había aprendido en la Universidad de Cambridge y en el exilio en general, así como las fotos más significativas de cada mes, este año me quedo un poco en off a la hora de hacer balance. Lo reconozco, el 2010 se me ha pasado medio en blanco. Empecé pintándome las uñas, haciendo propósitos de sonreír. Conseguí que se me descascarillaran las uñas y se me quedara agarrotada la mandíbula. Poco más. Mis arrugas se hicieron más profundas, casi tanto como las raíces que echó mi tristeza, y me rompí la cabeza contra la pared sin conseguir el miserable click. A mitad de año decidí huir de Inglaterra como una rata, con los nervios destrozados y sin tener muy claro qué hacer con mi vida. Al final, aquí estoy, en el semiexilio esta vez: sigo dejándome llevar por la corriente, y sigo sin estar segura de que las decisiones que voy tomando sean las adecuadas. Señal de que algún tornillo tengo flojo, porque sabemos que la gente normal defiende sus decisiones incluso cuando no son suyas.*
Aquí estoy, en mi cubículo, sola, con una cerveza en la mano y un estómago relleno de ensalada de rúcula. Intentando hacer balance, e intentando creer que por fin el click ha llegado (quizá os lo contaré otro día).
De momento, abusaré de llutub, y recordaré por penúltima vez mis días en yellow walls, cuando lo único que necesitaba era volver.
Si las decisiones que he tomado este año fueron las adecuadas, solo (sin tilde, como dice ahora la academia) yo podré decidirlo.
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*Failure to detect mismatches between intention and outcome in a simple decision task. Johansson et al, 2005, Science, 310:116-9.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Miles de millas




Prometí amplio resumen de mi viaje a eeuu cuando se me pasara el jet lag. Aún me dura, pero creo que viene de antes, de hace unos dos años, aproximadamente.

Así que creo que voy a dejar de esperar la recuperación.


Pese a ser totalmente cierto que este viaje ha acabado con mis prejuicios sobre los eeuuenses, ya que todos con los que nos hemos encontrado por el camino han sido absolutamente encantadores (y no solamente extremadamente polite al estilo británico, las sonrisas parecían genuinas y no fruto de una educación represora), contravendría el espíritu de este diario de pataletas si no hiciese notar lo cómico, lo esperpéntico, lo bizarro (en el sentido sajón, sé que la Real Academia define esta palabra como espléndido, que también) que nos hemos encontrado por el camino. De ahí el material gráfico que he seleccionado, a mi juicio autoexplicativo.


Recorrimos miles de millas por California, Arizona y Nevada en un coche de alquiler. Precisamente, el viaje podría definirlo así: nos sentamos en el coche y recorrimos millas. Cruzamos dos estados en un día al son de las rancheras; el desierto del Mojave en una noche, acompañados de lechuzas y cactus fantasmagóricos; pasamos fugazmente por Las Vegas especulando cuanta gente debe apostar cada noche en la ruleta para poder pagar simplemente la factura de la luz, y comprendiendo el porqué de tanta seguridad en la presa Hoover; volvimos a recorrer dos estados. Nos sentimos en una película la mayor parte del tiempo, y al final uno se cree lo que escribe Jack Lemon (pero luego siempre se da cuenta cuenta de que aquí sólo estamos para pasar el rato, como parece bromear la McLaine).


También reflexionamos mucho. Sobre los navajos que vendían plumas al pie del Cañón, sobre la soledad de los pueblos perdidos en el medio del desierto, sobre el porqué de que siempre exista Little Italy y Chinatown pero no un Spanish barrio, sobre la estupidez de la condición humana. De vuelta a casa, se me han olvidado la mayoría de estos pensamientos, pero queda una promesa: volveremos. Y un deseo: algún día, llegaremos más allá, y luego todavía un poquito más lejos, hasta que sea más corto continuar el camino que dar la vuelta. Algún día...

miércoles, 1 de diciembre de 2010

El oso

Una interpretación libre de la teoría de James-Lange...o cómo intentar engañar al cerebro gracias al as-if-loop de Damasio:

Smile

Lástima que la mayoría de las veces no funcione...