lunes, 19 de septiembre de 2011

Chipirones & Perdedores

Ayer finalizó el verano, que este año, tras dos en Albión, se me ha hecho particularmente largo y agradable (pese a mis maravillosas ocupaciones en el campo de la ciencia). El día dominguero pegados a la pantalla cerveza y olivas en mano viendo el Eurobasket así me lo indica, porque el verano acaba cuando empiezan los partidos oficiales de baloncesto. Se me ha ocurrido escribir sobre la épica de este deporte: el segundo título europeo consecutivo de la selección española, su generación de oro, con su  calidad humana, acordándose de los padres fallecidos de Reyes y Claver (me viene a la memoria que durante el mundial de Japón, cuando nos pilló a todos por sorpresa el ganarlo, Pepu también había perdido a su padre)...pero no estoy de humor. Será que mientras pienso en Macedonia, una selección de un país pequeño y medio desconocido, que nadie esperaba que estuviese en la lucha por las medallas, en los grandes halagos y simpatías vertidos por los comentaristas hacia esos jugadores que aún sabiéndose inferiores lucharon con uñas y dientes por hacer un buen papel pero que inevitablemente se vuelven a su casa con las manos vacías, me digo a mí misma que para qué, si al final de la corrida nadie se acuerda de los perdedores. Si al final del domingo de baloncesto toca de nuevo  poner el despertador a las 5 de la mañana porque hay que volver a vivir a 350 km, aunque cada día tengo menos claro si mi afán por luchar con uñas y dientes por una carrera científica me vaya a llevar más lejos que a Macedonia: unas palmaditas en la espalda de vez en cuando recordándome lo luchadora que soy y a casa con un contrato de dos meses. Pero el que no se consuela es porque no quiere, porque ahora nos hemos enterado que en realidad no es que vivamos separados por culpa de las malas/buenas (según el día) decisiones o por las chinches del destino, sino que somos una moderna pareja LAT. Menos mal que todos los días sale el sol, chipirón...

No hay comentarios:

Publicar un comentario