miércoles, 25 de marzo de 2009

Conversaciones con un hombre feliz

- Yo siempre había pensado que en España las familias serían numerosas. Al fin y al cabo se trata de un país católico- dice la británica
- Pues en absoluto. De hecho, tenemos una población bastante envejecida- contesto yo.
- Es una cuestión interesante. En Japón, el gobierno ha empezado a plantearse posibles soluciones para combatir ese problema, y actualmente existe un debate entre dos de ellas. Una sería relajar las leyes de inmigración para permitir que llegasen trabajadores de otros países asiáticos. Pero esta solución no convence, y el gobierno ha optado por promover los robots- dice el hombre feliz.
(Punto de partida de este extracto de algunas observaciones e historias de Yoshi, el hombre feliz, historias que llenan un poco el vacío que siento en este país extraño enseñándome que todavía existen otros mundos paralelos)
- ¿Me pasas un poco de jamón por favor?
-Por supuesto, aquí tienes.
- Nunca se debe pasar la comida de palillos a palillos. Te explicaré por qué, es una cuestión interesante. En Japón no enterramos a nuestros muertos. Los incineramos, y luego recogemos sus huesos con los palillos, y los pasamos de palillos a palillos a los familiares, hasta colocarlos en una urna. Esta urna es la que se entierra. Así ganamos un montón de espacio, al fin y al cabo Japón tiene muy poca cantidad de terreno habitable, el 70 por ciento son montañas.
- Es increíble cómo puedes hablar de cualquier tema sin variar la expresión ni el tono. Da igual que hables de sustituir a los trabajadores por robots, de lo mucho que te gusta el lomo o de las costumbres funerarias.
- Es interesante eso que dices. Deberías venir a Japón y lo entenderías. Se dice que los japoneses tienen dos caras. Una es la pública y otra la privada, y son incompatibles. Te pondré un ejemplo y lo comprenderás. Una vez iba en el metro en Osaka, y un señor con un maletín se me sentó al lado. No creo que hayas visto nunca los metros en Japón, pero son mucho más grandes que los europeos. De hecho, me sorprendí muchísimo la primera vez que subí a un metro en Londres, es extremadamente pequeño.
- ¿Y cómo son los trenes?
- Igual que los metros. Pero ese no es el ejemplo. Este señor se sienta a mi lado, abre su maletín, busca dentro y saca un cepillo de dientes. Luego saca pasta dentífrica, la pone en el cepillo y empieza a lavarse los dientes.
- Eso no tiene ningún sentido.
-Exacto, pero lo importante de la historia no es eso. Luego el señor acaba de lavarse los dientes y guarda el cepillo y el dentífrico.
- ¿Y cómo se enjuaga? ¿Escupe allí mismo?
- No. Busca en el maletín, saca una lata de café, la abre y se lo bebe todo.
- Eso aún tiene menos sentido. ¿Es ese comportamiento extraño el que define el carácter japonés?
- No. Lo que define el carácter japonés es que de todas las personas que iban en el metro ninguna pareció enterarse de lo que estaba haciendo ese hombre. Yo lo pasé muy mal. Quería reírme, porque cualquiera reiría muchísimo ante una situación así. Pero no podía. En Japón uno debe comportarse. Creo que por eso los programas de televisión europeos no pueden ser implantados en Japón. Intentaron introducir el Gran Hermano, pero fue imposible. Por lo que he oído en ese tipo de programas se juega con las emociones de la gente que participa. Si metes a diez japoneses juntos en una casa no harían nada, sería muy aburrido. Los japoneses sólo serían extremadamente amables unos con los otros.
- Es lo opuesto a nuestro carácter. Nosotros nos reímos, gritamos y maldecimos sin ningún reparo.
- Nosotros no podemos. En japonés no existen palabras malsonantes.
- ¿Y qué decís cuando estáis enfadados?
- Podemos subir un poco el tono de la voz.
(El polaco está a punto de saltarse un semáforo y grita un mierda mientras pisa el freno como puede)
- ¿Qué diría un japonés en una situación como esta?
- He cometido un error.
- No puede ser. Vamos a ver, lo más recurrente es usar palabras con contenido sexual. Tenéis que ser capaces de decir jódete.
- No, porque la palabra que describe el acto sexual utilizada de forma reflexiva no tiene sentido.
- ¿Qué le dirías a una persona que te dijera eso?
- ¿En japonés? Le diría: Has cometido un error gramatical.
- Suena un poco opresivo. Pero al mismo tiempo, por lo que parece, gozáis de una libertad sexual inusual en Europa.
- Es así en todos los países budistas. Ser homosexual, por ejemplo, no tiene ninguna importancia. Si mi hermano me dijese que es homosexual no me parecería extraño. De hecho, es un poco afeminado, lo cual es normal porque se ha criado con cuatro hermanas.
- ¿Y es verdad que existen restaurantes donde se come encima de una mujer desnuda?
- Bueno, creo que no es muy común. Debe ser cosa del pasado. Pero si estás interesada en ese tipo de servicio, seguro que podrías encontrarlo.

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