domingo, 12 de septiembre de 2010

El alma de las plantas

Las calabazas siguen creciendo, trepando por la tapia y amenazando con colonizar a nuestra vecina, esa que amable e involuntariamente nos proporciona conexión a internet gratis cuando la nuestra falla. Eva me recuerda que las plantas también tienen alma, y que una de las peores cosas de abandonar el Edén es abandonar su jardín.

Mientras tanto, la universidad a la que pertenezco sólo hasta final de este mes ha escalado 2 posiciones en uno de los ránkings que miden, desde un punto de vista eminentemente anglosajón, la calidad de la enseñanza y la investigación. Ahora ya somos los primeros del mundo. Sin duda, mi estancia aquí ha sido más que fructífera.

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