jueves, 25 de junio de 2009

Necesidades fisiológicas









Aquí la entrada del Trinity College, con un amenazador Henry VIII blandiendo una pata de silla; el patio donde Newton calculó la velocidad del sonido, quizá gracias a las campanadas del reloj, que cuando da las doce reta a los fellows a dar la vuelta completa al mismo, y dos de ellos vestiditos de domingo.

Como se puede consultar fácilmente en la página: http://www.cam.ac.uk/univ/nobelprize.html , de los 83 afiliados a la University of Cambridge que han sido galardonados con un premio Nobel (y a veces dos, como el Dr Sanger), 31 pertenecían al Trinity.

Ya sabéis que los ganadores de un Nobel despiertan en mí las más irreprimibles necesidades de satisfacer mis ídem fisiológicas. Si alla por 2006, en Granada, tuve el gran honor de defecar mientras la señora que había ganado dos años atrás el de Medicina hacía lo propio en el WC de al lado (http://en.wikipedia.org/wiki/Linda_B._Buck), hace un par de semanas, al asistir a la garden party de clausura del curso escolar, que tuvo lugar en el jardín de los fellows del Trinity, la naturaleza en abundancia, y quizá los ecos de los 31 ilustres Nobeles, me acompañaron a deshacerme de la cerveza sobrante detrás de unos arbustos. No estuve sola en mi hazaña. La confederación hispano-eslava perpetró, a los ojos de nuestro amigo el hombre feliz, una de las acciones más vergonzosas que se pueden recordar en Cambridge. Todo por no preguntar, porque el baño estaba justo detrás de la vegetación. Cierto que a veces los árboles no te dejan ver el bosque.....

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