lunes, 20 de julio de 2009

Tragedias minúsculas

Escapo de Cambridge por un fin de semana, me harto de boquerones y bravas y vuelvo con una sensación de inconsolabilidad y de exilio. Intento distraerme en el avión leyendo el National Geographic, y me encuentro un artículo sobre el conflicto en los Balcanes, es decir, sobre exiliados reales, y reflexiono sobre las grandes tragedias vs. las tragedias cotidianas. Cómo es posible, si para mí es insoportable la perspectiva de volver al verano inglés después de tumbarme en la playa y nadar entre las algas mediterráneas, que existan personas que se sobreponen a la expulsión de sus casas, a no volver nunca, a perder a sus familias, a veces en su totalidad, a veces sin saber nunca que fue de ellos, a veces sabiendo que fueron torturados hasta la muerte. Ahora que ha pasado una década, concluye el artículo, se debate la incorporación a la Unión Europea, y esto podría afectar, entre otras cosas, a la producción de slivovitz. Me pregunto que clase de tragedia supondrá para los los productores de este licor típico tras pasar por una guerra.
Y me pregunto por qué yo me arrastro por el aeropuerto de Stansted como alma en pena porque durante un par de semanas solo podré ver y oír a mi other half, pero no olerlo ni tocarlo; porque en un mes y medio no comeré más boquerones. Me pregunto si tengo derecho a ello, pero es que para cada individuo su tragedia personal no provoca un ápice menos de dolor que la más horrible de las pérdidas de otro, como si el ser humano tuviese una resistencia directamente proporcional a la magnitud de la tragedia que vive. Y sin embargo, casi siempre somos capaces de levantarnos y seguir adelante. A veces por nosotros mismos; otras porque alguien nos coge de la mano; muchas otras, porque poseemos la maravillosa cualidad de la empatía, y a veces somos capaces de olvidarnos de nosotros mismos para dar esa mano a quien lo necesita.
Pase lo que pase, levantarse y seguir adelante.

(Con todo mi cariño desde mi tragedia insignificante para MªJosé)

2 comentarios:

  1. genial, simplemente genial......pero es lo que hace sobrevivir al ser humano, la supervivencia mas basica a veces se expresa en la incapacidad de ver el sufrimiento de los demas mientras algo nos duela a nosotros....ergo el ser humano es egoista, que le vamos a hacer
    un abrazo del tito Eden y suerte en Albion

    ResponderEliminar
  2. Les grans tragèdies ens fan pensar en la insignificància de les nostres. Però per cada ú, les seues petites tragèdies poden ser immenses. I son les petites-immenses tragèdies les que ens fan crear la nostra pròpia escala de valors. Despres de la mort d'un pare o una mare, alguna de les nostre immenses tragèdies ens semblen, de colp, petites. I ens donem conter que erem nosaltres els que haviem fet enormes, tragèdies insignificants.

    Mucho ánimo Mª José! Molts petons, exiliada!

    ResponderEliminar